EL MERCADO INMOBILIARIO DE LA CAPITAL BRITÁNICA

Dinero sucio en Londres

Scotland Yard investiga 36.342 viviendas, la mayoría de lujo, adquiridas por compañías registradas en paraísos fiscales

BEGOÑA ARCE / LONDRES

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«Muchos de mis clientes compran las propiedades sin haberlas visto antes». El comentario de una abogada durante una cena informal podría sonar algo raro. No en Londres«Solo les interesan las viviendas situadas en dos o tres códigos postales. Los mejores de la ciudad. Las compran mirando el catálogo», añadió la encargada del papeleo de las transacciones.

Desde hace años el mercado inmobiliario de lujo crece imparable en la capital británica. La agencia Savills prevé un incremento del 26% en los precios, de aquí a finales del 2017. Esas mansiones y apartamentos pagados al contado permanecen después semivacíos. ¿Qué se esconde detrás de las elegantes fachadas de estuco en Belgravia, Kensington o Hyde Park? Bastante dinero sucio de acuerdo con Scotland Yard.

La célula anticorrupción de la policía ha censado 36.342 propiedades en la capital en manos de compañías secretas registradas en paraísos fiscales. Una forma de ocultar la verdadera identidad del comprador, de evadir impuestos y blanquear capitales.

Casi una de cada diez propiedades situadas en el barrio gubernamental de Westminster ha sido adquirida a través de sociedades de este tipo. La mayoría están domiciliadas en las islas Vírgenes británicas, la isla de Man, Jersey y Guernesey.

Según la policía, el valor de los inmuebles adquiridos de esta forma se eleva a casi 250 millones de euros, pero «probablemente solo sea la punta del iceberg», advierte el director de la célula anticorrupción, Jon Benton.

«En casi todos los grandes casos de corrupción que investigamos encontramos que las ganancias sospechosas de la corrupción se han utilizado para comprar propiedades de alto valor, adquiridas con dinero ilícito, a menudo robado en algunos de los países más pobres del mundo y casi siempre a través de paraísos fiscales».

CAPITALES CORRUPTOS

Los datos policiales coinciden con las conclusiones del informe de la organización Transparency International (Transparencia International) publicado esta semana. En el documento se advierte de que el Reino Unido se ha convertido en «un paraíso seguro para capitales corruptos robados en el mundo».

Robert Barrington, director ejecutivo de la organización, lamenta desde hace tiempo que «esta tendencia se vea facilitada por una legislación que autoriza a poseer una propiedad a través de sociedades secretas en paraísos fiscales».

A modo de ejemplo se cita a James Ibori. El antiguo gobernador del estado de Delta en Nigeria adquirió dinero en mano una casa en el barrio de Hampstead por la que pagó 3 millones de euros en efectivo y otra en el condado de Dorset.

Acusado de haberse embolsado 69 millones de euros durante el mandato en su país, Ibori fue enviadado a la cárcel por la justicia británica en el 2012. Otro caso ilustrativo es el de Saif Gadafi, el hijo del antiguo dictador libio, propietario de una mansión, también en Hamsptead, valorada en de 13,7 millones de euros. Se hizo con ella a través de la compañía Capitana Seas Limited, situada en un paraíso fiscal.

El fenómeno está trastocando el estilo y la identidad de la ciudad. A principios de enero, Racine, un conocido restaurante francés a dos pasos de Harrods, cerró sus puertas después de 12 años.

Los alquileres en la zona se habían vuelto imposibles y el vecindario ha cambiado. «Una gran cantidad de propiedades en Knightsbridge pertenecen a extranjeros no domiciliados», explicó el chef Henry Harris en el momento de la despedida. «Creo que ahora el 20% de las propiedades no están ocupadas a lo largo del año. Ya no tenemos la clientela regular que solíamos tener».