Día del 'burkini' en Marsella

Un modelo de 'burkini'.

Un modelo de 'burkini'. / periodico

IRENE CASADO / PARÍS

Por qué confiar en El PeriódicoPor qué confiar en El Periódico Por qué confiar en El Periódico

El próximo sábado 10 de septiembre, el parque acuático Speed Water Park, en Marsella, cerrará sus puertas a su público habitual. El centro de atracciones ha sido reservado, durante toda una jornada, por una asociación marsellesa con un fin especial: que las mujeres puedan bañarse en “burkini y hiyab”. Solo mujeres, con el atuendo especificado, y niños menores de 10 años podrán acceder al parque. Una iniciativa que no ha tardado en levantar la polémica entre los diputados del Frente Nacional y Los Republicanos, que tratarán de impedir el evento.

“Contamos con vosotros para respectar la Awra (la desnudez de la mujer, lo que no se puede ni ver ni enseñar), no vengáis con un bañador de dos piezas (el cuerpo debe estar cubierto desde el pecho hasta las rodillas). Lo mínimo es un bañador de una pieza con pareo o un short-calzón, pero ATENCIÓN la tela debe ser acuática, de lo contrario su acceso al parque podrá ser rechazado”. Estas estrictas normas aparecen en el cartel de propaganda del evento, organizado por la asociación Smile 13 que se describe como una “asociación sociocultural, deportiva y de entretenimiento para mujeres y niños”.

"Avance del fundamentalismo"

Frente a las críticas, la asociación defiende que “cada uno debe poder practicar su culto como él mismo lo entienda”. Sin embargo, el evento ha sido calificado como “fundamentalista” por algunas de las autoridades marsellesas y profundamente criticado en las redes sociales. “De nuevo hemos pasado la frontera, pero todo es terriblemente lógico. Cuando uno vive en Marsella, uno se da cuenta del avance del fundamentalismo islámico”, se lamentaba Stéphane Ravier, senador y alcalde del Frente Nacional en Marsella, en declaraciones al diario 'Le Figaro'.

El edil del partido de extrema derecha, ha instado al propietario de las instalaciones a cancelar la reserva del 10 de septiembre para “no colaborar con la ‘comunitarización’ de nuestro país”. Para Ravier no se trata únicamente de un contrato financiero, sino “de un contrato con una alta carga simbólica”.

Sin embargo, el FN no ha sido el único partido en reaccionar. Velérie Boyer, diputada de Los Republicano en Bouches-du-Rhône, denuncia en un comunicado una “especie de moda” que busca “fortalecer el comunitarismo”. La diputada considera que el velo “es la expresión más visible de la voluntad de los fundamentalista para marcar su territorio y someter a las mujeres”. “Burka, chador, abaya, niqab, velo, poco importa su nombre, se trata del confinamiento en el sexo, la negación de la persona, una prohibición donde no hay lugar a la igualdad, ni a la fraternidad”, concluye Boyer.

Una orden municipal

Los diputados de la municipalidad de Pennes-Mirabeau, donde se encuentra el Speed Water Park, han preferido, por el momento, mostrarse prudentes. Sin embargo, según la información publicada por el diario 'Le Parisien', el alcalde de la localidad, Michel Amiel, tratará de impedir el evento a través de una orden municipal alegando que “es susceptible de ocasionar problemas en el orden público”.

La asociación Smile 13, en el centro de la polémica, organiza cursos de árabe, “talleres de cocina para el Ramadán”, encuentros en “piscinas” y “actividades de relajación” para mujeres. Para participar solo es necesario cumplir ciertos requisitos: “las hermanas que participen” deben tener “un buen comportamiento”, una “vestimenta adecuada” y deberán “preservarse tanto de las mujeres como de los hombres”. El objetivo es “estimular a las mujeres a participar en acciones comunes y contribuir a su plenitud”, explica la asociación en su portal web.

Entrevistada por Europe 1, Melisa Thivet, tesorera de la asociación, mostraba su sorpresa ante la polémica: “No sé que nos pueden reprochar a parte de de practicar nuestra religión. Estamos en un país laico y cada uno tiene la libertad de practicar su religión como considere”. Thivet remarcaba que el objetivo del evento es “acercar al agua a aquellas mujeres que no pueden ir normalmente a bañarse durante la estación, por pudor. Se trata de ofrecerles esta oportunidad, pero la gente es estrecha de miras”.