DESIGUALDADES EN EL REINO UNIDO

Un dolor nacional

Atención sanitaria en Londres.

Atención sanitaria en Londres. / REUTERS / SUZANNE PLUNKETT

BEGOÑA ARCE / LONDRES

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Ni la economía, ni la inmigración, ni Europa. La mayor preocupación de los británicos es el presente y futuro de la sanidad pública. El 31% de los consultados en un reciente sondeo antepuso la asistencia médica gratuita y universal a cualquier otro asunto, incluido trabajo, salarios o pensiones. La sanidad es incluso la prioridad para los votantes menores de 24 años, que la anteponen a la escasez de vivienda y el alto coste de la vida. Los ciudadanos se inquietan por el deterioro de los servicios al paciente y por el avance encubierto de la privatización.

El National Health Service (Servicio Nacional de Salud), conocido por las siglas NHS, se halla sin los suficientes recursos para enfrentarse a problemas de proporciones desconocidas hasta ahora. King's Fund, un respetado ente independiente que vela por la calidad de la sanidad en Inglaterra, ha advertido este mes de que la NHS está «reventando por las costuras». La demanda de asistencia es cada vez mayor y los presupuestos, más reducidos. La supresión de 50.000 camas hospitalarias en los últimos años ha dejado al Reino Unido con 2,95 camas por mil habitantes, frente a las 8,27 existentes en Alemania.

Según los propios datos de la NHS, se han disparado las esperas de los enfermos en camillas, los retrasos en las ambulancias y la cancelación de operaciones rutinarias. «Con unos problemas financieros que ahora son endémicos en los hospitales y el estado preocupante de la moral entre el personal, la situación es ahora crítica», ha declarado el profesor John Appleby, economista jefe de King's Fund.

La organización recuerda que al llegar al poder en el 2010, el Gobierno que dirige David Cameron emprendió la reforma más radical de la NHS en sus 65 años de existencia. Ahora el veredicto es demoledor. El Ejecutivo ha desperdiciado «miles de millones» en el plan encaminado a reducir los costes y mejorar la eficacia de la asistencia, señala en su informe de King's Fund.

SERVICIO COMPLEJO Y BUROCRÁTICO

Esas reformas han causado «daño y perturbación», dejando el servicio sanitario «más complejo, más confuso y más burocrático que en el 2010». El dinero, concluye el análisis, «debería haberse gastado en el cuidado de los pacientes en lugar de haberse desviado a complejos cambios en la organización».

La reforma también ha sido un paso más hacia la privatización  del sistema. Los médicos de cabecera están ahora a cargo de la gestión, con la ayuda de empresas privadas, lo que rompe la confianza con el paciente. La NHS pagó a compañías privadas por una de cada cinco operaciones de rodilla en el periodo 2013-2014, una de cada seis operaciones de cadera y una de cada diez de cataratas. En total, el sector privado se embolsa cada día 24,3 millones de euros del presupuesto de la NHS, o lo que es lo mismo, 8.100 millones al año.