LUCHA CONTRA EL YIHADISMO en europa

Desarticulada una red terrorista que quería atentar en el Vaticano

Imagen suministrada por la policía italiana del arresto de uno de los sospechosos de terrorismo, ayer.

Imagen suministrada por la policía italiana del arresto de uno de los sospechosos de terrorismo, ayer.

ROSSEND DOMÈNECH
ROMA

Por qué confiar en El PeriódicoPor qué confiar en El Periódico Por qué confiar en El Periódico

La fiscalía de Olbia (Cerdeña) ordenó ayer la detención de 18 personas, de las que solo pudo encarcelar a nueve -ocho de ellas de nacionalidad paquistaní y una de ellas de nacionalidad afgana- a las que acusa de integrar una célula de Al Qaeda que podría haber planeado un atentado terrorista contra el Vaticano.

Según los investigadores, los detenidos recaudaban dinero con el que financiaban atentados en Pakistán, como uno en Peshawar en el 2009 en el que murieron un centenar de personas.

En la orden de arresto se afirma que los detenidos formaban «parte de una organización dedicada a actividades criminales transnacionales, inspirada en Al Qaeda». De los nueve individuos en situación de busca y captura, tres se hallan, posiblemente, todavía en territorio italiano, mientras que los demás lograron escapar al extranjero, según informó la fiscalía.

«GRAN SERENIDAD» / El grupo, dirigido por el imán Muhammad Hafiz Zulkifal, de 43 años y residente en Bergamo, cerca de Milán, había planeado un atentado contra el Vaticano durante el pontificado de Benedicto XVI, circunstancia ya conocida por los investigadores italianos y sobre la que ayer el portavoz del Papa, Federico Lombardi, quitó hierro, explicando que se trataba «de una hipótesis del 2010, ningún peligro».

«Las amenazas contra el Vaticano existen, pero el Papa vive tranquilo y con gran serenidad», añadió el secretario de Estado, Pietro Parolin. El atentado consistía en la explosión de un terrorista suicida en la plaza de san Pedro.

INTIMIDACIÓN / Una de las principales actividades del grupo consistía en la protección de Osama bin Laden, hasta su muerte en el 2011 durante una operación de EEUU, razón por la cual sus miembros viajaban con frecuencia a Pakistán y regresaban después a Italia, donde residían en distintas localidades de las provincias de Sassari, Bergamo, Macerata, Roma, Frosinone y Foggia. Los magistrados explicaron ayer que los detenidos tenían como objetivo «intimidar a la población local paquistaní y presionar al Gobierno italiano para que renunciase a atacar a los talibanes y dejase de apoyar» a EEUU.

CONTRATOS FICTICIOS / Su estancia en Italia, según fuentes oficiales, se materializaba gracias a contratos laborales ficticios, a veces firmados por empresarios cómplices, y también gracias a peticiones de asilo político justificadas en presuntas persecuciones  religiosas. «Se trata de una operación extraordinaria», subrayó Angelino Alfano, ministro del Interior italiano, quien quiso con ello demostrar que «el sistema antiterrorista italiano funciona».

La policía nacional, que ha sido el cuerpo que llevado las investigaciones, habría descubierto, a través de las conversaciones telefónicas bajo escucha, que eran dos los miembros del grupo designados para la protección de Bin Laden y que para el atentado en el Vaticano tenían a disposición a un único kamikaze.

Uno de los miembros del grupo, Tabligh Eddawa, era el encargado de recolectar fondos para el movimiento terrorista en el norte de Italia, lo que generalmente hacía con el sistema hawala, basado en el paso de dinero de mano en mano entre personas de confianza. Las colectas resultaron ser especialmente generosas, ya que en una sola de las operaciones descubiertas por la policía, el grupo llegó a transferir a Islamabad la suma de 55.268 euros.

El segundo jefe de la célula terrorista desmantelada ayer era el imán de Olbia (Cerdeña), Sultan Wali Khan, de 39 años. Con él han sido arrestados también en las distintas localidades italianas, Imitias Khan, de 41 años, Siddique Muhammad y Khan Ridi de 37, Haq Zaher Ui de 52, Zuabair Shah de 37 y Sher Ghani de 57 años.

Las investigaciones, consideradas «largas y difíciles», entre otras razones porque los detenidos hablaban en lengua pastún, se lanzaron en el año 2005, después del descubrimiento de un camión en el puerto de Olbia en la isla de Cerdeña que había transportado con anterioridad material explosivo.