RETRATO DE UNA INICIATIVA CONTROVERTIDA
Dentro de Wikileaks
Un paranoico y manipulador a medio camino entre Robin Hood y James Bond. Así describe quien fue durante años su mano derecha al fundador de Wikileaks, Julian Assange, con quien rompió por«graves desavenencias»en septiembre del 2010. Poco después, el portal de filtraciones difundía los ya famosos cables de la diplomacia estadounidense, revelando informes secretos de las legaciones de EEUU en todo el mundo. Assange se convirtió en un héroe, y los desertores de su organización, que hubo varios, pasaron a segundo plano.
Daniel Domscheit-Berg (Berlín, 1978), portavoz de Wikileaks durante dos años y medio bajo el pseudónimo de Daniel Schmitt, recuerda este y otros episodios enDentro de WikiLeaks(Roca Editorial / La Campana), una crónica de los entresijos de la web que ha desnudado a gobiernos y empresas filtrando sus secretos inconfesables y su lucha por ejercer y mantener el poder. Un relato, también, del lado oscuro de Assange, calificado de«dictatorial»en su forma de actuar, y de una amistad aparentemente inquebrantable que acabó con un profundo desengaño y una dimisión.
Jóvenes obsesionados
Domscheit-Berg conoció a Assange en el 2007, en un congreso dehackersen Berlín, cuando no eran más que «un par de jóvenes pálidos obsesionados por la informática». En seguida conectaron. Como recordaba ayer Daniel en una entrevista en Barcelona, Assange se convirtió en su«mejor amigo», y con él, trabajando en Wikileaks, vivió los años«más intensos»de su vida.
A medida que la web crecía, sin embargo, algo se truncó.«A principios del 2010 supimos que intentó vender el vídeo Asesinato Colateral [sobre el ataque de un helicóptero de EEUU contra civiles iraquís] a la CNN por un millón de dólares. Le dijimos que esa no era nuestra misión. Debíamos informar, no ganar dinero. Tuvimos una discusión tremenda»,cuenta Domscheit-Berg. Con el tiempo, el afán de Assange por conseguir dinero, dice, les iría distanciando.«Un diario austriaco escribió que Julian sería la nueva estrella del pop. Nos reímos mucho, pero al cabo de tres meses era cierto. Cometía errores y no escuchaba a nadie. Nos llamaba desagradecidos, idiotas, incluso nos amenazó. Sin ninguna razón, llegó a decirme que me perseguiría y me mataría si ponía a alguna fuente de información en peligro».
Según Domscheit-Berg, Assange traicionó los ideales de transparencia de Wikileaks.«Empezó a contactar con personas y grupos sin decírselo a nadie, disponía de cuentas bancarias que solo controlaba él»,explica. Esa falta de transparencia provocaría suspicacias.«Entiendo las dudas de mucha gente. Wikileaks, hoy, parece un arma política, y no se sabe quién hay detrás»,afirma.
Tras dejar el portal de Assange, Domscheit-Berg lanzó el proyecto Openleaks, que estará operativo a mediados de este año. Ayer fue tajante al respecto:«Openleaks no publicará nada, pondrá la tecnología para difundir de forma anónima la información. Y seremos absolutamente transparentes».
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