El demoledor autorretrato de Trump

El candidato republicano presume durante el debate de no pagar impuesos, de explotar las leyes y de trampear la paga a sus trabajadores

Clinton observa sonriente la intervención de Trump en un momento del debate de candidatos.

Clinton observa sonriente la intervención de Trump en un momento del debate de candidatos. / HB

RICARDO MIR DE FRANCIA / WASHINGTON

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En las campañas políticas se dicen muchas cosas desagradables del rival. Lo que es menos habitual es que uno de los candidatos presuma de cuestiones que harían enrojecer al común de los mortales. Pero eso es lo que hizo Donald Trump en el primer debate debate presidencial. El magnate neoyorquino presumió de no haber pagado impuestos sobre la renta, se congratuló de haber hecho negocio con el hundimiento del mercado inmobiliario que dejó en la ruina a millones de personas y sacó pecho de haber explotado la ley para su beneficio personal. Tampoco mostró una pizca de contrición cuando se le preguntó por qué no paga a algunos de sus trabajadores. 

Clinton salió dispuesta remover cada una de las piedras cuestionables de su pasado. “Cuando hablamos de tus negocios: te has acogido a la quiebra empresarial seis veces. Hay muchos grandes hombres de negocios que no lo han hecho una sola vez. Te haces llamar el rey de la deuda”. Trump podría haberse emparentado con las tribulaciones del pequeño empresario o describirse como esas personas que nunca se rinden, pero prefirió presentarse como un listillo. “Yo me aprovecho de las leyes de la nación porque dirijo una compañía. Mi obligación ahora mismo es que me vaya bien a mí, mi familia, mis empleados y mis compañías”. También se dejó crucificar a propósito de sus impuestos. El magnate es el único candidato en la historia moderna que no ha hecho públicas sus declaraciones recientes.

Clinton le sacó unas viejas. Durante al menos dos años, le dijo, no pagó el impuesto federal sobre la renta. “Eso me hace inteligente”, respondió el republicano. “Eso significa cero (dinero) para las tropas, cero para los veteranos, cero para las escuelas y cero para la salud”, le espetó su rival demócrata.

AMNISTÍA FISCAL CONTRA LAS DESLOCALIZACIONES

Durante la campaña, Trump se ha presentado como la voz de los olvidados, el hombre que peleará por las clases trabajadoras, pero durante el debate defendió sus propuestas para bajar los impuestos a los ricos. “Lo que estoy proponiendo es crear mucho empleo porque los ricos van a crear trabajos tremendos”. También sugirió que planea una amnistía fiscal para que las empresas globalizadas vuelvan a producir desde EEUU. “Políticos como la secretaria Clinton no les dejan que repatrien su dinero porque los impuestos y la burocracia son muy onerosos”. Trump es de los empresarios que producen su mercadotecnia en el extranjero, aunque se haya convertido ahora en el azote de las compañías deslocalizadas. Y aparentemente cuando no está contento con el trabajo de sus arquitectos, pintores o instaladores de mármol, no les paga. "Quizá no hizo un buen trabajo y yo estaba insatisfecho", respondió a la acusación de la exprimera dama. 

Al dibujo que Trump se hizo de sí mismo, hay que añadir los trazos que le añadió Clinton: racista, misógino, mentirosotemerario en política exterior y sin el temperamento para dirigir el país. Un cuadro bonito.