Cristianos, en peligro de extinción

"Primavera árabe, invierno cristiano". Una frase utilizada por activistas pro-derechos humanos para situar en las revoluciones en los países árabes el inicio del deterioro paulatino de la vida de los cristianos en países musulmanes. El acoso y la persecución de la cristiandad, lejos de ser un fenómeno nuevo, se ha incrementado de forma proporcional al auge del Estado islámico.

 Hasta el punto de que expertos cuestionan la supervivencia del cristianismo en países donde el yihadismo radical se ha hecho fuerte. "En Siria e Irak, el cristianismo corre el riesgo de desaparecer", asegura Javier Menéndez, director general de la fundación Ayuda a la Iglesia Necesitada que, vinculada a la Santa Sede, trabaja a nivel mundial en la protección de los cristianos perseguidos.

Solo unas cuantas cifras dan cuentan del deterioro. De los 1,8 millones de cristianos que vivían en Siria antes de la guerra, actualmente hay 1,1 millones. Un total de 700.000 cristianos han salido de Siria desde el 2011; 200.000 en el último año. Desde que el Estado Islámico tiene en Siria su cuartel general y ha proclamado un califato en una parte de Irak, centenares de miles de cristianos y otras minorías se han visto obligados a marcharse dejando atrás sus casas y otras pertenencias.

Buscando refugio en el Kurdistán, malviven frágiles y mermados, entre otras cuestiones, por la falta de trabajo, el desconocimiento de la lengua y la pérdida de sus bienes. En las ciudades controladas por el Estado Islámico, prácticamente no queda ni un cristiano. En Irak, unos 140.000 cristianos han huído de Mosul y de la región de Ninive para llegar al Kurdistán o salir del país.

Son datos de la organización francesa Portes Ouvertes, volcada en la ayuda a cristianos perseguidos. En su informe referente al año 2015, la organización constata que, en los últimos cinco años, cientos de cristianos han sido asesinados en masa, víctimas de limpieza étnica y genocidio perpetrados por el Estado Islámico. "Los asesinatos y el exilio forzado son un golpe fatal para la última comunidad cristiana que vive en Oriente Próximo, cuna del cristianismo", concluye el trabajo de Portes Ouvertes.

En su paso por Irak, Menéndez, de la fundación Ayuda a la Iglesia Necesitada, constató que los yazidis y los cristianos son las minorías más odiadas por el EI. "Tienen un odio visceral a los cristianos y vinculan a Occidente con el cristianismo", asegura .

PERSEGUIDOS EN 50 PAÍSES

A día de hoy, los cristianos están perseguidos en 50 países. La primera fuente de persecución es el extremismo islámico, que se da especialmente en los países de Oriente Próximo, el África subsahariana o Asia (central y sudeste). Pero no es la única.

Se da también el caso de países donde la limpieza étnica de cristianos intenta evitar toda cohabitación con los musulmanes. La destrucción de iglesias ha alcanzado cotas sin precedentes en Nigeria, Siria, Irak, Sudán, Somalia y Kenia.

Hay Estados que, históricamente, han perseguido a los cristianos. De hecho, Corea del Norte encabeza la lista por 14º año consecutivo. Los cristianos están considerados "enemigos de Estado" por el régimen comunista y se calcula que 300.000 han venido sufriendo calamidades por razón de su fe. Hallar una biblia o cualquier signo de práctica religiosa equivale a pasar la vida en un campo de trabajos forzados. No solo la del afectado sino la de toda la familia. 

Otro ejemplo de la persecución de Estados autoritarios es Eritrea, donde los cristianos son encerrados en contenedores de metal con el objetivo de que renieguen de su fe.

En la India, la llegada al poder de los nacionalistas hindús ha exacerbado las tensiones contra los cristianos. Las agresiones han proliferado y un líder político ha propuesto lograr la eliminación total de todas las minorías religiosas en el 2021.

CRISTIANOS AL GULAG

El caso de Corea del Norte es uno de los máximos exponentes de la prohibición del culto religioso, sea cual sea. Es una característica permanente de la gestión gubernamental desde la división de la península en 1953. Los más de 300.000 cristianos norcoreanos han ido desapareciendo paulatinamente sin dejar huella. Nada se sabe de los religiosos que por aquel entonces vivían en Corea del Norte, por lo que se asume que fueron perseguidos hasta la muerte. Cualquiera sobre el que caiga una sospecha de ser creyente pende la amenaza de ser encerrado, de por vida, en los temibles gulags.