«Creo que quieren quitarnos la casa»

Attar al Attar y Safinez al Attar viven en la zona de Al Attatra, en el norte de la franja de Gaza. Él tiene 10 años y ella 7. Él es muy tímido y ella muy extravertida, no deja de hablar. Los dos sonríen continuamente, a pesar de que han tenido que huir de su casa y refugiarse en una escuela de la ONU en la ciudad de Gaza. Escaparon de casa subidos en una motocicleta con su padre, que la conduce, a pesar de que durante la ofensiva israelí Plomo Fundido perdió las dos piernas en un bombardeo. Era agricultor, pero ya no puede trabajar. Va en silla de ruedas y vive de la ayuda que recibe de la Autoridad Nacional Palestina (ANP) por ser víctima de la guerra.

«Somos pobres y tenemos muy pocos juguetes», dice Attar con una mirada triste. «Pero me divierto jugando con mi hermana y mis amigos a policías y ladrones, a adivinanzas y a las cartas», explica. Attar y Safinez son los pequeños de cinco hermanos. Su madre dice que él es tranquilo y bueno y ayuda en casa, y ella, muy movida y graciosa.

Cuando bombardean, los dos «tienen miedo, gritan y lloran» y se refugian en las faldas de su madre. Safinez cuenta que estos días ha soñado que «los israelís bombardeaban nuestra casa y venían para cogerme». «Creo que quieren quitarnos la casa y ocuparla», afirma seria, y confiesa que para ella un israelí es «un soldado». Su hermano añade que quiere que Israel «se vaya de nuestra tierra».

Safinez explica: «Voy a estudiar mucho para ser doctora y curar a los heridos y enfermos del barrio y ocuparme de mi papá, que no tiene piernas. Le ponen una inyecciones y se las quiero pinchar yo». Attar aspira a ser «profesor de inglés en Turquía», no en Gaza.