SESIÓN DEL PARLAMENTO DEL GIGANTE ASIÁTICO

El crecimiento de China caerá al 7% por primera vez en 25 años

El Gobierno estima crucial el 2015 para profundizar en las reformas económicas

Xi Jimping y Li Keqiang ayer en el Parlemento chino.

Xi Jimping y Li Keqiang ayer en el Parlemento chino.

ADRIÁN FONCILLAS / PEKÍN

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La economía china recortará su crecimiento hasta un 7 % este año, el más bajo en un cuarto de siglo. La cifra fue desvelada ayer por el primer ministro, Li Keqiang, en la apertura de la Asamblea Nacional Popular (ANP, el Parlamento chino).

Una treintena de las 38 hojas de su discurso se ocuparon de la economía nacional, que se enfrenta a un momento crítico. El 7 % está medio punto por debajo del crecimiento del pasado año.

Pero ese 7 % es idóneo para “mantener un equilibrio adecuado entre el crecimiento estable y los ajustes estructurales necesarios”, según Li.

Pekín no muestra un especial nerviosismo. Las predicciones de expertos occidentales que durante décadas dibujaron un panorama caótico de desórdenes sociales con crecimientos por debajo del 8 % se han desvelado erróneos.

China está en el proceso de jubilar su tradicional patrón basado en la exportación de manufacturas baratas por otro basado en el consumo interno. También está reduciendo el peso del Estado, las empresas públicas y los grandes conglomerados energéticos en la economía para dejar paso a las fuerzas del mercado. Es la mayor transformación que emprende el país desde que Deng Xiaoping decretase la apertura y supone un reto mayúsculo para el Ejecutivo de Xi Jinping.

Los epatantes crecimientos de dos dígitos que China mostró durante casi tres décadas forman parte de la Historia, recordó Li, quien repitió la frase de “nueva normalidad” para definir el cuadro actual con ritmos más terrenales y adecuados a una economía que ha dejado atrás la adolescencia.

POLÍTICAS DEL EJECUTIVO

“Los problemas profundamente instalados en el desarrollo económico del país se están haciendo cada vez más obvios. Las dificultades a las que nos enfrentaremos este año serán mayores que las del pasado. Este año será crucial para profundizar en las reformas”, ha señalado Li ante los casi 3.000 delegados llegados desde todas las provincias del país hasta el solemne Gran Palacio del Pueblo, al oeste de la Plaza de Tiananmén.

La ANP o legislativo se limita a aprobar las políticas diseñadas por el Ejecutivo y los chinos de la calle se suelen referir a ella con desdén como “el gran salón del té”.

El discurso del primer ministro funciona como un discurso del Estado de la nación sin oposición. Li radiografió los problemas del país, los éxitos y fracasos pasados y las estrategias futuras. Hace años que el menú se da por descontado: economía, corrupción y contaminación.

Xi jinping ha convertido la lucha contra los corruptos en el sello de su mandato y las vísperas de la ANP han coincidido con una purga de altos cargos en el Ejército y el cuerpo de asesores.

El pasado año declaró la guerra contra la contaminación y el país sigue sobresaltado por el documental independiente que ha circulado por internet denunciando la calamidad medioambiental del país. Y, para acabar, las reformas económicas no están dando sus frutos tan rápidamente como se esperaba.

EL CONTRAPESO

En ese “momento crítico” llega este año la ANP, asegura Scott Kennedy, director del proyecto de Negocios y Economía Política de China del Centro de Estudios estratégicos e Internacionales, en Washington. Kennedy añade el contexto internacional: tensiones con Japón y Estados Unidos junto a su creciente papel en organizaciones globales que sirven de contrapeso a Occidente.

“Uno de los objetivos de este año es generar más optimismo sobre la capacidad china de enfrentarse a todos los retos a los que se enfrenta. Será interesante ver cómo Li Keqiang y otros líderes del Gobierno son capaces de referirse a esas preocupaciones de forma que satisfagan a los delegados, al público chino y a la audiencia internacional”, comenta Kennedy por email.

Li prometió que el país reforzará el imperio de la ley en clara alusión a los corruptos. El tema recibió menos atención de lo esperado, como si la imagen del luchador por la limpieza del partido se reservase a Xi.

La campaña de austeridad es visible en la ANP: aquella imponente flota de Audis negros con cristales tintados que cubrían los aledaños de la plaza no se ha visto tampoco este año. Los delegados llegan en autobuses. También los hoteles y restaurantes de lujo pequineses que arreglaban las cuentas en estas dos semanas lamentan la bajada del negocio.

El primer ministro se refirió a la contaminación como “una plaga contra la calidad de vida del pueblo y un peso sobre nuestros corazones” y prometió medidas como la protección de los bosques o los incentivos a los coches eléctricos. “Lucharemos con toda nuestra fuerza”, añadió.