La coronación de Máxima

Los asuntos de la realeza se han convertido en un tema argentino

Máxima y Guillermo de Holanda, el pasado 24 de enero en Singapur.

Máxima y Guillermo de Holanda, el pasado 24 de enero en Singapur. / cb

ABEL GILBERT / Buenos Aires

Por qué confiar en El PeriódicoPor qué confiar en El Periódico Por qué confiar en El Periódico

“Ella es más popular que Beatriz”, dijo la televisión. “La más querida por los holandeses”, aseguró el diarioClarín. “La más elegante de las monarcas”, ponderó un comentarista de radio. Ser “lo máximo” y, además, portar elADN argentino.¿Qué más se le podría pedir a una reina. No importa que el trono quede lejos. Los medios de este país se empalagaron con las salutaciones. La hoy remota Buenos Aires de Máxima Zorreguieta pareció, por momentos, una sucursal emotiva del trono holandés.

"Es una persona muy querida, la más querida de la Casa Real. Es muy popular y tiene una preparación para cumplir su nueva función", comentó a la prensa el embajador de Holanda, Hein de Vries. Ella y el príncipe Guillermo estuvieron en Argentina durante las Navidades. Pasaron las fiestas en la Patagonia. "Queremos transmitir desde aquí nuestro mensaje de paz para todos", dijo desde la paradisíaca Villa La Angostura. Máxima se dejó ver junto a su esposo y sus tres pequeñas hijas, las princesas Catharina-Amalia, Alexia y Ariane. Todos sonrieron para las cámaras. “Ya sabían que la abdicación de Beatriz estaba en marca”, se dijo en esta ciudad, donde no faltarán pronto losespecialistasen asuntos de la realeza.

“De plebeya a princesa”, escribió el diarioPerfil, al trazar un retrato de la futura reina en clave hollywoodiense.Máxima nunca fue unaplebeya.Cuando conoció a Guillermo, a los 27 años, trabajaba en la sede neoyorquina del Deutsche Bank. Era vicepresidenta de ventas institucionales. Era un destino más queapropiadopara una Zorreguieta. Pero el futuro sería aún más venturoso. La fiesta de coronación será el próximo 30 de abril y, desde ya, sus preparativos tienen su relación directa con Argentina.

El padre

La ceremonia no contará con la presencia del padre de Máxima. Jorge Zorreguieta, unexsecretario de Estado de la últimadictadura militar (1976-83), de 83 años. Los Zorreguieta no acudieron a la boda de su hija, el 2 de febrero de 2002, porque así lo decidió entonces el Parlamento holandés. La antigua relación del padre con el régimen responsable de miles de asesinatos y desapariciones no propiciaba su participación en el acontecimiento. La esposa del exsecretario hizo causa con su marido y se quedó también en Buenos Aires. Máxima pidió que, durante la boda, un bandoneonista tocara el tango Adios Nonino, de Astor Piazzolla. Se dijo que lloró al escuchar esa melodía y evocar la ausencia que volverá a repetirse en abril.

Zorreguieta, expresidente de la Sociedad Rural y de la Cámara de la Industria Azucarera , fue denunciado penalmente en un tribunal de los Países Bajos por la desaparición de un médico, en 1977. Y si bien la causa no prosperó, con la reciente condena del primer funcionario civil del régimen militar, Jaime Smart, los abogados defensores de los derechos humanos aseguran que se abren en Argentina las puertas para el procesamiento de otros colaboradores estratégicos de la dictadura. ¿Tendrá la reina de Holanda un padre procesado en Buenos Aires? No falta mucho tiempo para que se responda el interrogante.

En las redes sociales, algunos argentinos se trenzaron en otro tipo de analogías. El país, repitieron con cierto desdén, ahora tiene dos reinas, una en Holanda y otra en Buenos Aires y esta última se llama Cristina Fernández de Kirchner. Hasta el protocolo real les ha venido a ciertos opositores como anillo para denostar a una presidencia a la que ven enamorada de su propio poder.