Convulsión en Guatemala ante las elecciones

El expresidente Pérez Molina, trasladado en coche policial al Cuartel Militar Matamoros.

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La renuncia del presidente Otto Pérez Molina, acusado de corrupción, tras semanas de protestas en las calles y la investidura de Alejandro Maldonado como su sustituto ha generado un terremoto político en Guatemala a pocas horas de las elecciones presidenciales, legislativas y municipales previstas para mañana.

Los comicios se llevarán a cabo en un país convulsionado por los acontecimientos y escándalos políticos de las últimas semanas, que llevaron finalmente a Pérez Molina a dimitir, tras haberlo hecho anteriormente y de forma progresiva varios ministros de su Gobierno, incluida la vicepresidenta Roxana Baldetti.

Los 7,5 millones de guatemaltecos habilitados para emitir su voto acudirán a las urnas para elegir al presidente y vicepresidente para el período 2016-2020, en un proceso electoral en el que también se designará a 158 diputados, 20 legisladores al Parlamento Centroamericano y 338 corporaciones municipales.

El presidente del Tribunal Supremo Electoral (TSE), Rudy Pineda, garantizó ayer la celebración de los comicios, tal y como están previstos, y afirmó que esperan registrar una masiva afluencia de votantes. «Nos alegra el cambio porque fortalece la democracia», subrayó Pineda, que aclaró que las elecciones y el cambio de mandatario eran dos cuestiones distintas que no modificarán las planificaciones ya establecidas.

DIMISIÓN FORZADA

La jura de Maldonado -cuyo mandato concluirá en enero del 2016- llegó tras la renuncia de Pérez Molina, que dimitió después de que el Congreso le retirase la inmunidad para ser investigado como principal sospechoso de dirigir una millonaria trama corrupta en las aduanas guatemaltecas. Tras su dimisión, y con una orden de captura inminente en su contra, el general retirado se entregó al juzgado que lleva la acusación en su contra, que dictaminó su prisión provisional para evitar el riesgo de fuga.

Pérez Molina está acusado por la Fiscalía y la Comisión Internacional Contra la Impunidad en Guatemala (CICIG), un organismo de la ONU, de dirigir un red de corrupción en el ente recaudador de impuestos, en complicidad con al menos 28 personas, incluida Baldetti, que renunció en mayo y cumple arresto preventivo. La Fiscalía le imputó los delitos de asociación ilícita, cohecho pasivo y caso especial de defraudación aduanera. El expresidente cobró presuntamente 3,7 millones de dólares en sobornos, y Baldetti, 3,8.

En medio de la crisis institucional y política, la campaña electoral vivió también su propia sacudida el jueves con la publicación de una encuesta en la que el humorista Jimmy Morales, contra todo pronóstico, emergía como principal favorito para la presidencia, por delante del abogado y empresario Manuel Baldizón. El sondeo, realizado por la empresa privada Pro Datos y publicado por el diario Prensa Libre, atribuye a Morales un 25% de la intención de voto, seguido por Baldizón (22%) y la exprimera dama (2008-2012) Sandra Torres (18%). Baldizón, fundador de la agrupación política Libertad Democrática Renovada (derecha), había comandado precisamente las encuestas durante los últimos cuatro años, desde que perdió los comicios del 2011 frente a Pérez Molina.

ASCENSO FULGURANTE

La encuesta de Prensa Libre Prensa Libreresaltaba a todas luces el ascenso espectacular de Morales, de 46 años, miembro del derechista Frente de Convergencia Nacional (FCN) pero sin ninguna experiencia política previa tras una carrera como actor, productor y comediante.

Según los analistas, las elecciones de mañana se celebrarán en un ambiente de indignación y ebullición popular sin precedentes. Los manifestantes, que no han dejado de protestar pacíficamente en las calles contra la corrupción semana tras semana desde abril, reclaman un cambio de sistema político. Así lo percibe también la militante indígena Rigoberta Menchú, premio Nobel de la Paz 1992, que declaró a AFP su alegría por «el gran despertar de la población». Aunque también mostró su inquietud por la cita electoral, esperando «pasar esta jornada sin manchas de sangre».