El hijo de Trump respondió "encantado" a la oferta de Rusia para ayudar a su padre

Donald Trump Jr. difunde en Twitter el intercambio de correos electrónicos que aportan indicios de una posible colusión con el Kremlin

Donald Jr., a la izquierda, y Jared Kushner, en la toma de posesión de Trump.

Donald Jr., a la izquierda, y Jared Kushner, en la toma de posesión de Trump.

RICARDO MIR DE FRANCIA / WASHINGTON

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Donald Trump Jr. no solo aceptó reunirse con una abogada cercana al Kremlin después de que le prometiera información comprometedora sobre Hillary Clinton, sino que días antes de la reunión recibió un correo informándole de que el material en cuestión formaba parte de los esfuerzos del Kremlin para ayudar a la candidatura de su padre. Los documentos “servirán para incriminar a Hillary y sus negocios con Rusia y serán muy útiles para tu padre”, decía uno de los correos, enviado por un conocido de la familia Trump a instancias de un empresario ruso, según ha adelantado The New York Times. El mensaje advertía de la “sensibilidad de la información” y situaba su origen en “Rusia y el apoyo de su Gobierno a Trump”.

Esta nueva vuelta de tuerca aporta el indicio más claro hasta la fecha de que la campaña del hoy presidente de Estados Unidos estuvo dispuesta a aceptar la ayuda rusa en las elecciones, por más que Trump lo haya negado hasta la saciedad. “Si es lo que dices, me encantaría, especialmente después del verano”, contestó Trump Jr. al ofrecimiento. Cuatro días más tarde, el intermediario le propuso una reunión con una “abogada del Gobierno ruso”, en alusión a Natalia Veselnitskaya, con la que acabó reuniéndose el 9 de junio de 2016, dos semanas después de que su padre conquistara la nominación republicana. A la cita asistieron también Jared Kushner, el yerno del presidente, y Paul Manafort, por entonces el jefe de su campaña.

La información ha sido corroborada por Trump Jr., que ha decidido publicar en Twitter la cadena de emails que intercambió en su día con Rob Goldstone, el hombre que hizo de intermediario en las gestiones con Rusia. Británico y ex reportero, Goldstone es también representante del cantante de pop ruso Emin Agalarov, hijo de un promotor inmobiliario cercano al Kremlin con el que Trump se asoció para llevar el concurso de Miss Universo a Moscú en 2013. En los correos, el británico precisa que es el cantante quien le ha pedido que se ponga en contacto con los Trump. “Emin acaba de llamar y me ha pedido que contacte contigo para contarte algo muy interesante”, le escribió el 3 de junio antes de anunciarle que Rusia se había ofrecido a aportar información “incriminatoria” sobre Clinton.

El presidente Trump, en su primera declaración sobre la implicación de su hijo, defendió a su primogénito. "Mi hijo es una persona de altos atributos y aplaudo su transparencia", sostuvo Trump en un comunicado leído por la portavoz adjunta de la Casa Blanca, Sarah Sanders, ante los periodistas.

Por el momento, no hay ningún indicio de que la documentación ofrecida tuviera relación con los miles de correos demócratas que, según los servicios de inteligencia estadounidense, Rusia pirateó y filtró a varias webs para perjudicar la candidatura de la ex secretaria de Estado. Trump Jr. ha declarado que la información que le ofreció era “vaga, ambigua y no tenía sentido”, es decir, que no le dio nada significativo.  

VERSIONES CONTRADICTORIAS

Esa es en realidad su segunda versión porque cuando The New York Times destapó la historia el sábado, el hijo del presidente solo dijo que la reunión se centró en las adopciones estadounidenses de niños rusos. Fue al día siguiente cuando reconoció que la abogada rusa le ofreció basura política sobre la rival de su padre. Esta mañana, el siempre combativo Trump Jr., ha querido quitarle hierro a la reunión. En un comunicado ha dicho que Veselnitskaya “no era una funcionaria rusa, como ella misma ha reconocido” y ha enmarcado la información que le ofreció en la dinámica habitual de las campañas.

Es cierto que, en Estados Unidos, todas las campañas ponen en marcha equipos de investigación encargados de buscar detalles oscuros en el pasado de sus contrincantes. No hay nada ilegal al respecto. Pero algo muy diferente es conspirar con un país extranjero para socavar o influenciar las elecciones, el mismo al que unos meses después la Inteligencia acusaría de interferir en las elecciones para beneficiar la candidatura de Trump.

Ese es el delito que podría haber cometido Trump Jr. y que tendrá que investigar el fiscal especial, Robert Mueller. Por el momento, el hijo mayor del presidente ha optado por contratar a un abogado privado, Alan Futerfas, quien ha representado a varios políticos en apuros, mafiosos estadounidenses y hackers.