VIOLENCIA EN MÉXICO

Conmoción en Acapulco tras la brutal violación de 6 españolas

La policía científica busca huellas que puedan llevar hasta los autores de la agresión.

La policía científica busca huellas que puedan llevar hasta los autores de la agresión.

TONI CANO
MÉXICO

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No fue una pesadilla en medio de las vacaciones, sino una brutal violación repetida durante dos interminables horas la que sufrieron en la madrugada del lunes seis jóvenes turistas españolas hospedadas en unos bungalow de la zona Diamante de Acapulco, en la costa mexicana del Pacífico. Amarrados con bikinis, cordones y cables, sus siete amigos, también españoles, fueron golpeados y aislados en otras habitaciones. Solo una turista mexicana se salvó del ultraje. Ni con los gritos de las mujeres, de entre 19 y 25 años, funcionó el operativo militar y policial Guerrero Seguro, que trata de apaciguar ese estado violento pero turístico del oeste de México.

Al menos cinco individuos armados y con el rostro cubierto irrumpieron en el idílico hotelito de Playa Bonfil, pasadas las dos de la madrugada, para truncar el sueño de los turistas con una realidad bestial que borró cocoteros, techos de palma, hamacas, el rumor del mar. Golpearon y ataron a los siete españoles y un empleado del lugar. Maniataron a la mexicana, también huésped. Y violaron a las españolas hasta que se hartaron. Se fueron a las 4.30. Al clarear ese lunes aciago, los jóvenes salieron en estado deplorable a pedir auxilio. México festejaba el Día de la Constitución.

De ellas y ellos solo se sabe que llegaron la noche anterior para disfrutar del fin de semana largo en la siempre soleada costa del Pacífico. Junto a la felicidad, los asaltantes se llevaron 16 móviles, dos ordenadores portátiles, dos tabletas digitales, tres cámaras fotográficas, varios reproductores de música, tarjetas de crédito, carteras, dinero en efectivo documentos personales. El alcalde de Acapulco, Luis Walton, se apresuró a desmentir, que los asaltantes formaran «parte del crimen organizado». No obstante, algunos diarios mexicanos, como La Jornada hablaron de ellos como «un comando».

Tras pasar por el ministerio público de atención a delitos sexuales y responder a las preguntas de los agentes de dos distintos cuerpos policiales, los españoles trataban ayer de esfumarse con el apoyo de los cónsules españoles en Acapulco, Pedro Haces, y en la capital mexicana, Miguel Ángel Fernández de Mazarambroz, quien se trasladó rápidamente al lugar. Todos pedían la máxima discreción en torno a sus identidades, lugares de origen y residencia, así como sus movimientos.

CANAL DE COMUNICACIÓN / Los gobiernos de México y España abrieron un canal directo de comunicación a través de sus respectivas representaciones diplomáticas.

En los medios mexicanos apenas rebotaban las frías informaciones del alcalde de Acapulco: «Son seis personas que fueron violadas. Otra persona no fue violada. Hay siete hombres ahí también que fueron maltratados físicamente, que fueron amarrados con los cordeles de los trajes de baño y con las líneas de los alambres. Todas son españolas y una mexicana. La mexicana no fue violada, todos los hombres son españoles».

En la rueda de prensa lo acompañó la fiscal general de ese estado de Guerrero, Martha Elba Garzón, quien dijo que los atacantes fueron cinco y aseguró: «Coordinadamente con autoridades federales, estatales y municipales, se está llevando a cabo la búsqueda de los probables o presuntos responsables».

MOVILIZACIÓN TOTAL / El alcalde acapulqueño, Luis Walton, pidió la ayuda de los cuerpos de la Marina, el Ejército y la policía que componen el operativo Guerrero Seguro, puesto en marcha para acabar con la violencia desatada en torno a Acapulco, codiciada plaza que se disputan varios cárteles de la droga y el crimen. Así que ayer todas las miras policiales y militares estaban enfocadas en la búsqueda de cinco sujetos que ya no irán con armas y las caras tapadas y de los que apenas se tienen tenues detalles.

A través de su cuenta de Twitter, el alcalde Walton reconoció que ese asalto y «lamentable» violación colectiva «sí afecta» gravemente la imagen de Acapulco, pero añadió: «Esto sucede en cualquier parte de Acapulco o en México».