ROBERT OLIVER CALVO

"La confirmación de la maldad en el mundo"

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Maribel Calvo se mueve poco de la recepción del hotel Rey Don Jaime de Castell-defels, desde donde espera noticias. Ayer tarde conoció por su nuera que su hijo Robert Oliver Calvo, de 36 años, casado y con dos hijos, no murió el martes en un accidente aéreo, sino que fue asesinado por un copiloto que arrastró hasta la muerte a 149 personas con muchas ganas de vivir. «Esta es la prueba de que el mundo está muy mal», lamenta.

El hijo, nacido en Barcelona y con nacionalidad estadounidense, estudió arquitectura en la Universitat Politècnica de Catalunya. Trabajaba para la marca Desigual, donde era responsable de nuevos proyectos para Alemania, Austria y Suiza. El martes se subió al maldito avión junto a su compañera Laura Altimira Barri, una joven de 31 años, arquitecta como él, y del mismo departamento de la empresa de moda. Ambos volaban a Düsseldorf en busca de emplazamientos para abrir nuevas tiendas de la marca de ropa.

Robert telefoneó a su esposa cuando ya estaba sentado en el avión. Le contó que despegaban con media hora de retraso. Y en el momento en que el sobrecargo pidió que se apagaran los teléfonos móviles para iniciar las maniobras de despegue, Robert envió un último wasap a su esposa

contándole que estaba «muy resfriado». Ni sus padres ni su mujer han querido volar a los Alpes. «No nos ayuda

nada». MAYKA NAVARRO