La situación social en Argentina

Comer donde todo huele a podrido

Los niños del barrio Villa 24, situado junto a uno de los ríos más contaminados del mundo, presentan elevados índices de plomo en la sangre

zentauroepp39385739 view of the villa 31 shantytown with the upscale recoleta ne170722183257

zentauroepp39385739 view of the villa 31 shantytown with the upscale recoleta ne170722183257 / periodico

ABEL GILBERT/ BUENOS AIRES

Por qué confiar en El PeriódicoPor qué confiar en El Periódico Por qué confiar en El Periódico

Algo huele mal en Buenos Aires y el comedor popular Amor y paz debe convivir con las ventiscas de fetidez. “Amor y paz” se enclava en la Villa 24 del barrio de Barracas, a menos de 200 metros del Riachuelo, uno de los diez afluentes más contaminados del planeta. “Todo es muy difícil”, dice Yolanda Ledesema. De lunes a sábado, junto con Leticia Funes, la coordinadora del comedor, y otras cinco voluntarias, alimentan a 700 personas. “Cada vez más chicos y más grandes. No alcanza con los subsidios estatales y hay que salir a buscar donaciones. La leche en polvo la estiramos como si fuera goma de mascar. Lo que vino ha sido peor a los problemas que teníamos”.

La Villa 24-21 se ha convertido en el asentamiento más grande y peligroso de la capital. La inmensa mayoría de sus habitantes son trabajadores y sienten el estigma del vecino cada vez que dicen de dónde vienen. Sebastián Deferrari es uno de los impulsores de Mundo Villa, un medio de comunicación autónomo que cuenta con un portal y una señal televisiva dedicada a mostrar el verdadero rostro de los que viven, sueñan y mueren en esas calles y casas a medio hacer.

“Los primeros que pagan las consecuencias de la crisis y la exclusión son los niños, el eslabón más débil de la cadena”, dice. Deferrari dicta talleres de periodismo en "la 24", como se la llama allí y en otros asentamientos. Lo que observa es contundente. “Vamos camino al estallido social”.

En la calle Luna, donde se encuentra Amor y paz, así como en la Casa de la Cultura, se realizan diversas actividades artísticas. También se dictan cursos sobre derechos del niño. Pero esos “niños del descarte”, como los llama Deferrari, no solo enfrentan la violencia y la droga. Según la Autoridad de Cuenca Matanza Riachuelo (Acumar), el 25% de los que habitan a orillas del Riachuelo tienen plomo en sangre.

"LA GENTE ESTÁ ENOJADA"

El Tribunal Supremo ordenó hace cinco años recolocar a las familias. Nadie se movió. Yolanda sabe quiénes son. Y sabe de todo el sufrimiento. También del agradecimiento cuando reciben un plato caliente. “La gente está enojada con Macri”. Yolanda es de la villa 24. Recibe 4.000 pesos (197 euros) como discapacitada. Ha soportado nueve operaciones de la columna. Debe tomar morfina y otros calmantes para soportar el dolor. Un neuroestimulador le envía señales de electricidad a los nervios y la ayuda a caminar. “Dios me dice, hay que levantarse. Me da la fuerza que necesito para seguir ayudando. Y acá, señor, se necesita mucha ayuda”.