La cloaca mediática

Los diarios sensacionalistas británicos han sido un factor fundamental para el éxito del 'brexit'. Han hecho un trabajo a conciencia para convertir a Europa en una caricatura

El 'brexit', en las portadas de la prensa internacional

El 'brexit', en las portadas de la prensa internacional / periodico

ROSA MASSAGUÉ

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Muchos lectores de diarios sensacionalistas británicos te dicen con una sonrisa que los compran y leen porque son como un cómic. Debe ser el tebeo con mayor influencia política, porque su contribución al éxito del 'brexit' está fuera de toda duda y eso que los diarios de papel, porque de estos se trata, son una industria en caída libre. El día en que 'The Sun' anunció su apoyo a la salida de la UE la suerte estaba echada. Aquel diario ha hecho contribuciones decisivas a los grandes cambios británicos. Que apoyara en su momento a Margaret Thatcher era normal por simpatía ideológica. No lo era tanto que en 1997 respaldara al laborista Tony Blair, pero lo hizo contribuyendo a su victoria. El precio a pagar por este apoyo se llamaba antieuropeísmo y aquel primer ministro lo pagó con creces hasta hacer el ridículo tratándose del líder más proeuropeo que haya tenido el Reino Unido. Porque de eso se trata. Para este diario y para la demás prensa amarilla Europa es lo peor de lo peor y no solo ahora. Siempre.

Aquí les llamamos diarios sensacionalistas. En el Reino Unido no se andan con remilgos. Coloquialmente los tabloides son la 'gutter press', la prensa de alcantarillas, de cloaca, la que va directamente a las tripas. Se pueden lanzar muchos dardos contra la burocracia de Bruselas, pero el grado de histeria de dicha prensa no ha tenido límites. Ha sido un trabajo hecho a conciencia para convertir a Europa en una caricatura.

LA MEDIDA DE LOS PEPINOS

Un día la UE iba a prohibir los hervidores de agua --la célebre 'kettle'-- imprescindibles en un país en el que al llegar a casa, antes de quitarte el abrigo, pones agua a hervir para preparar una taza de té; al otro, Bruselas malgastaba el dinero de los británicos decidiendo qué medida debían tener los pepinos o los plátanos en venta en el Reino Unido, y al día siguiente la UE lanzaba un asalto fiscal contra Gran Bretaña. Y eso un día tras otro, sin ningún mensaje positivo, sin ningún reconocimiento del papel de Europa en el mundo, y del Reino Unido en este edificio en construcción.

Tras la crisis económica llegó la de los refugiados y ahí es donde la alcantarilla mediática se ha superado a sí misma. Durante la campaña del referéndum, día sí, día también, estos medios han llenado sus portadas con noticias alarmistas en el mejor de los casos, pero casi siempre indecentes o directamente falsas sobre supuestos «aludes» de «invasores» que habrían recibido 100 libras esterlinas cada uno para invadir Gran Bretaña, o el anuncio de que habrá cadáveres en las playas británicas. Solo el 'Daily Expres' ha publicado 37 portadas en lo que va de año acerca de lo que considera 'amenaza' de la inmigración por obra y gracia de Bruselas.

Ahora estos lectores de tanta bazofia tendrán un primer ministro, Boris Johnson -al que los electores no le habrán dado su voto-- que fue corresponsal en Bruselas, despedido de 'The Times' por inventar una cita y que después, trabajando para el 'Daily Telegraph' no cesó de ridiculizar cualquier información de las instituciones europeas. El ciclo se habrá cerrado.