Clamor contra Erdogan

Familiares de las víctimas lloran a sus seres queridos, ayer.

Familiares de las víctimas lloran a sus seres queridos, ayer.

JAVIER TRIANA ESTAMBUL

Por qué confiar en El PeriódicoPor qué confiar en El Periódico Por qué confiar en El Periódico

«Ergodan asesino. Policía asesina». Los miles de manifestantes que se congregaron en Ankara para pedir responsabilidades por los mortíferos atentados del día anterior en la capital turca tenían clara la autoría del ataque: el presidente del país, Recep Tayyip Erdogan. No así el Gobierno, cuyas hipótesis contemplaban en principio un posible «atentado suicida» llevado a cabo por un amplio espectro de actores que abarcan desde el grupo armado kurdo del Partido de los Trabajadores del Kurdistán (PKK), otros grupos radicales de izquierdas hasta el Estado Islámico (EI).

Las últimas pesquisas, sin embargo, colocan a los yihadistas en cabeza sobre los demás candidatos a culpar por el suceso. En declaraciones a la agencia de noticias Reuters, dos fuentes oficiales citadas de manera anónima aseguraron que las investigaciones preliminares apuntan a una autoría del EI. «Todos los indicios indican que el ataque pudo haber sido llevado a cabo por el Estado Islámico. Estamos totalmente centrados en el EI», señaló una de ellas.

De hecho, los objetivos, el modus operandi y los explosivos utilizados presentan numerosas similitudes con el ataque que el pasado 20 de julio se cobró 33 vidas en la localidad meridional turca de Suruç y del cual se culpó a un yihadista suicida turco. Además, en una redada sin conexión confirmada con este suceso, Turquía detuvo a más de 40 personas por supuestos vínculos con el EI.

Quienes este domingo se acercaron a dejar flores frente a la estación central de tren de Ankara, donde dos bombas arrancaron el sábado la vida a al menos 95 personas y dejaron numerosos heridos, se toparon con la resistencia de las fuerzas de seguridad del Estado, que acordonaban la zona. Tras negociaciones entre los policías y los representantes de las asociaciones y los grupos de izquierdas presentes, las autoridades permitieron el acceso a algunos miembros para colocar rosas en el lugar del ataque. Los manifestantes acusaron después al Estado de manga ancha respecto al terrorismo yihadista fueron disueltos por gases lacrimógenos y porrazos de la policía, que también desplegó blindados con cañones de agua.

De nuevo la censura

Así, el primer día de luto de los tres declarados por el Gobierno por el ataque más sangriento de las historia del país eurasiático no estuvo exento de tensión, exacerbada por una desinformación provocada por una censura parcial de los medios de comunicación y las redes sociales, a tres semanas de unas elecciones generales anticipadas.

Mientras que la cifra oficial de fallecidos se mantiene en 95 y 160 heridos (65 de ellos todavía en la unidad de cuidados intensivos), el izquierdista y prokurdo Partido Democrático de los Pueblos, que perdió a varios miembros y simpatizantes en las explosiones, elevó a 128 el número de muertos, detallando además que ha logrado identificar a todos ellos menos a 8. Los heridos se encuentran ingresados en 19 centros hospitalarios a los que los familiares no están autorizados a entrar por el momento.

Por su parte, Kemal Kiliçdaroglu, líder del socialdemócrata laico Partido Republicano Popular (CHP, principal partido de la oposición) solicitó la dimisión de los ministros turcos de Interior y de Justicia por su actuación en relación al ataque. «Este incidente queda bajo responsabilidad gubernamental. Tres ministros se reunieron después del suceso. El responsable de Interior admitió que las medidas de seguridad se habían tomado en la plaza de Kizilay, no en la zona (donde la gente se estaba reuniendo y ocurrieron las explosiones). ¿De quién es la responsabilidad en este atentado?», apuntó durante una rueda de prensa en Ankara Kiliçdaroglu, quien también pidió el cese del responsable de Justicia, Kenan Ipek, quien el sábado se rió cuando un periodista le preguntó si estaba considerando dejar el cargo. «La sociedad está traumatizada, pero el ministro de Justicia sonríe. Esto es inaceptable», cargó el líder opositor.