POR SEGUNDO DÍA

Cientos de refugiados continúan bloqueados en un tren detenido en Hungría

Los inmigrantes han pasado la noche en los abarrotados vagones en la estación de Bicske, al oeste de Budapest, vigilados por la policía antidisturbios húngara

Grupos de refugiados piden continuar su viaje, junto a una valla frente al tren detenido, este viernes en Bcske.

Grupos de refugiados piden continuar su viaje, junto a una valla frente al tren detenido, este viernes en Bcske. / periodico

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Cientos de inmigrantes y refugiados, incluidos sirios, continúan varados en un tren en Hungría por segundo día consecutivo, reclamando poder continuar su viaje hacia Alemania ante la atenta mirada de policías antidisturbios.

Han pasado la noche en los abarrotados vagones de una estación de tren al oeste de Budapest, tras haber abandonado la capital el jueves por la mañana creyendo que se dirigían hacia Austria, Alemania y el fin de un viaje que en muchos casos ha sido peligroso desde Oriente Próximo, África y Asia.

Agentes antidisturbios detuvieron el tren en BicskeBicske, a unos 35 kilómetros al oeste de Budapest, ordenando a los inmigrantes y refugiados que bajaran para trasladarlos a un campo cercano para registrar a los solicitantes de asilo.

Como consecuencia de ello, se produjeron altercados ante la negativa de los refugiados, algunos de los cuales huyeron o se arrojaron a las vías en las últimas escenas de desesperación en la que es ya la peor crisis migratoria que ha vivido Europa desde las guerras que arrasaron a la antigua Yugoslavia en los años 90.

GRITOS CONTRA LOS CAMPAMENTOS

Esta mañana se han oído gritos de "Campo no, libertad". En uno de los lados del tren, alguien ha escrito: "No camp. No Hungary. Freedom train" (campo no, Hungría no, tren de la libertad).

Decenas de agentes antidistubios están presentes. Han traído alimentos y agua a los refugiados, algunos de los cuales se han negado a aceptar la ayuda. Las condiciones sanitarias amenazan con deteriorarse ante el intenso calor.

EL SUEÑO DE BÉLGICA

"No sabemos qué está pasando", cuenta Ahmed Mahmud, de 60 años, que dice ser un antiguo oficial del Ejército iraquí que perdió ambas piernas y ahora está tratando de reunirse con su hija en Bélgica.

"La Policía nos dijo: 'Dejad que os tomemos las huellas dactilares o iréis a la cárcel'. Así que dejamos que nos tomaran las huellas y ellos nos dijeron que podíamos irnos. Pero no podemos ir hacia el oeste. Yo solo quiero ver a mi hija en Bélgica", se lamenta.