China cierra 2 semanas la Ciudad Prohibida por desfile militar

Las autoridades chinas anunciaron este viernes que la Ciudad Prohibida, el emblemático palacio imperial situado en el corazón de Pekín, estará cerrada al público entre el 22 de agosto y el 3 de septiembre, cuando tendrá lugar en esa zona un desfile militar para conmemorar el fin de la Segunda Guerra Mundial.

El cierre temporal del clásico enclave turístico pequinés, situado frente a la plaza de Tiananmen y eje central del próximo desfile, no es la única medida que el régimen chino ha instaurado para garantizar que no haya ningún imprevisto ese día. Además de restricciones al tráfico, que en la práctica supondrán la mitad de los vehículos en circulación en Pekín desde el jueves, y hasta el 3 de septiembre, China cerrará sus aeropuertos durante la mañana del 3 de septiembre, y adoptará otras restricciones en el espacio aéreo de la capital en las jornadas previas.

Entre el viernes y el sábado, y el 4 de septiembre, el espacio aéreo de la capital del gigante asiático estará cerrado para helicópteros, globos aerostáticos, parapentes y los aviones sin motor. Las autoridades chinas ya anunciaron que ordenarán el cierre temporal de fábricas de Pekín y sus alrededores e impondrán reducciones en la actividad de otras para garantizar que ese día los cielos de la capital estén libres de contaminación, como ya se puede comprobar desde este viernes.

Asimismo, con motivo del desfile, se está restaurando la puerta de Tiananmen, en la emblemática plaza homónima, la entrada al antiguo palacio imperial de la Ciudad Prohibida donde se exhibe el retrato del dictador Mao Zedong. El 3 de septiembre ha sido declarado día festivo nacional por las autoridades chinas y el desfile militar será la culminación de una serie de actos conmemorativos del final de la Segunda Guerra Mundial.

China advirtió hace tiempo a través de uno de los periódicos oficiales que el desfile, al que ha invitado a líderes de países extranjeros, aunque entre los pocos en confirmar su asistencia se encuentran el presidente ruso, Vladimir Putin, y el checo, Milos Zeman, también será una advertencia a Japón, en pleno proceso de revisión de su Constitución pacifista y de rearme.

Japón invadió China en 1931 y no abandonó su territorio hasta después de su rendición oficial en septiembre de 1945, un conflicto que causó en torno a veinte millones de muertos chinos, la mayoría de ellos civiles, según diversas fuentes históricas.