El 'chapo' Guzmán hace una ofrenda floral en la tumba de un narco asesinado

En medio de las fiestas de Muertos, que en México llenan de vida los panteones durante tres días, unos desconocidos han dejado de madrugada en la tumba de Ricardo ‘Perrillo’ Arellano, asesinado apenas 10 días atrás, una enorme ofrenda floral, con seis docenas de rosas rojas, flores de heliconias y otras plantas exóticas, firmada por el fugado narcotraficante Joaquín ‘el Chapo’ Guzmán.

El arreglo floral destaca en el ‘narcopanteón’ Jardines de Humaya, de Culiacán, capital del estado de Sinaloa, donde los más famosos narcotraficantes descansan en criptas que son como catedrales en miniatura y tienen estancia, habitaciones, baño, aire acondicionado, placas solares y cámaras de seguridad.

CUBIERTO DE BILLETES

En el ‘cementerio de los narcos’ están, por ejemplo, los restos de Arturo Beltrán Leyva, ‘el Barbas’, cuyo cuerpo cubrieron de billetes los marinos tras matarlo en Morelos en diciembre del 2009, o de Ignacio ‘Nacho’ Coronel, socio clave de ‘el Chapo’, abatido siete meses después por un comando militar.

Como recuerda el semanario ‘Proceso’, ‘el Perrillo’ fue asesinado el pasado 24 de octubre cuando llegaba a un taller de hojalatería: dos sicarios bajaron de un auto y lo acribillaron. En su lápida se lee el nombre de Ricardo Adrián Arellano Noriega. Ahora, el descomunal arreglo floral lo identifica como un gran cuate de ‘don Joaquín’ Guzmán, ‘el Chapo’.

HERIDO EN SIERRA MADRE

Fugado del penal de máxima seguridad de Almoloya hace casi cuatro meses, el calificado por la agencia antinarcóticos estadounidense, DEA, como el más poderoso narco de la historia se movía hace 20 días por zonas escarpadas de Sierra Madre en el estado de Durango, en medio del triángulo dorado de la droga que se cierra con el estado de Chihuahua. Según las informaciones oficiales, ‘el Chapo’ cayó por una ladera y sufrió serias heridas en pierna y rostro al huir de un cerco militar.

Ya desde el verano, los helicópteros artillados del ministerio de Marina han venido atacando distintas aldeas de todo ese enorme triángulo dorado de 60.000 kilómetros cuadrados y han provocado centenares de desplazados que aseguran ni conocer “a ese señor”. El mes pasado, los vecinos de uno de esos poblados, Los Limones, derribaron un helicóptero artillado que los acosaba, aunque ellos dicen que “se desplomó”.