CRISIS EN CARACAS

Caos en Venezuela ante la retirada de los billetes de 100 bolívares ordenada por Maduro

Un grupo de personas aguardan para realizar transacciones bancarias, en Caracas, el 13 de diciembre.

Un grupo de personas aguardan para realizar transacciones bancarias, en Caracas, el 13 de diciembre. / periodico

ABEL GILBERT / BUENOS AIRES

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El “marrón” trastoca la vida de los venezolanos. Ese es el color del billete de 100 bolívares que dejará de circular el jueves por orden del presidente Nicolás Maduro Nicolás Maduro. El plazo perentorio ha tenido el efecto de multiplicar las complicaciones cotidianas de un país atravesado por la inflación -756% a lo largo del 2016-, la escasez y la escalada del dólar (hasta 4.000 bolívares por unidad). Todas las ciudades, grandes y pequeñas, presentan la misma escena: colas y más colas de hombres y mujeres frente a las puertas de los bancos públicos y privados, ansiosos por sacarse de encima esos billetes. El Gobierno señaló que pasado ese día clave, los venezolanos podrán canjear el dinero que tienen todavía en sus manos en las oficinas del Banco Central por otros 10 días.

Lo cierto es que desde que el martes, numerosos comercios, en especial los pequeños, empezaron a negarse a recibir el “marrón”, como llaman popularmente a ese papel moneda con el rostro del padre de la Patria, Simón Bolívar, y con el que no se puede comprar nada (se necesitan decenas o cientos de ellos). La resistencia de los comerciantes tiene que ver con el temor a no contar después con tiempo o disponibilidad para hacer los depósitos o el canje. Los trastornos se hacen sentir especialmente entre los venezolanos cuyas vidas giran alrededor de la economía sumergida, para los cuales una cuenta bancaria es algo extraño. “Se aceptan billetes de 100”, promocionaron otros comercios. Pero esa disponibilidad también se trasladaba a los precios de los productos.

Las colas para los depósitos exasperan a una población que ya convirtió a estas esperas en una relación natural. Maduro se amparó en el decreto de emergencia económica y el estado de excepción para ordenar el fin de la vida útil del billete de máxima denominación. Dijo que se ha buscado frenar una maniobra especuladora de la que no es ajena Estados Unidos y de la cual también participan especuladores y mafias fronterizas. Por eso, en los hechos han quedado cerrados los pasos a Colombia. El Gobierno de Juan Manuel Santos le pidió a su homólogo venezolano que no descargue el coste de su crisis sobre los comerciantes colombianos de las ciudades limítrofes, cuya prosperidad depende de las compras de los venezolanos que buscan allí lo que no encuentran en sus mercados.

EL PROBLEMA NO SON LAS MAFIAS

En Venezuela circulaban hasta el domingo 6.000 millones de billetes de 100 bolívares, casi la mitad del total del papel moneda. Los especialistas advierten que antes de contar con los billetes de la nueva denominación -500, 1.000, 2.000, 5.000, 10.000 y 20.000 bolívares- no habrá suficiente efectivo para cambiarlos. Calificaron a su vez de innecesario el decreto porque los papeles de 100 bolívares habrían dejado de ser progresivamente utilizados a medida que entraran en vigor las mayores denominaciones.

“Retiras el billete de 100 y las mafias migrarán al de 50 o asaltarán los nuevos de 500. ¡El problema no es el billete, es la economía Maduro!”, señaló Nicmer Evans, un politólogo de izquierdas opuesto al chavismo. Desde el otro extremo político, el presidente de la patronal Fedecámaras, Francisco Martínez, consideró precipitada la decisión presidencial. “Este tipo de procesos tiene un plazo mínimo de seis meses para poder hacer las operaciones sin generar tanto trauma. Para atacar a bandas delincuenciales no se tiene que afectar a todo el comercio, el sistema financiero y los consumidores”.

La suerte de los billetes de 100 bolívares entró de lleno en la disputa política entre el Gobierno y la Mesa de Unidad Democrática (MUD), que controla la Asamblea Nacional (AN). La MUD y el chavismo parecen volver a calentar los motores de la confrontación. El peligro de que el diálogo se hunda es concreto. El Gobierno prepara una gran manifestación en defensa de Maduro para el próximo 17 de diciembre.