El candidato de Renzi, flamante presidente de Italia

Sergio Mattarella logra 160 votos más de los requeridos en la cuarta votación. La elección une al Partido Demócrata y desarbola a la oposición conservadora

Napolitano (centro) aplaude junto a otros miembros del Parlamento, ayer.

Napolitano (centro) aplaude junto a otros miembros del Parlamento, ayer.

ROSSEND DOMÈNECH / ROMA

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Italia tiene un nuevo presidente de la República, el juez del Constitucional Sergio Mattarella, de 73 años, cuya elección celebrada ayer por la mañana diezmó a la derecha, los conservadores de Silvio Berlusconi y el Nuevo Centro Derecha (NCD) aliado del Gobierno.

El resultado de la votación fue una victoria del primer ministro progresista, Matteo Renzi, que en una sola jugada consiguió sacar a su candidato y futuro aliado para las reformas que están en camino, unir de nuevo a su Partido Demócrata (PD) y desbaratar a la oposición conservadora. «Gracias por la seriedad, estamos orgullosos del PD y de cada uno de vosotros», dijo el tuit enviado por Renzi tras la elección. «Es el hombre de la legalidad», subrayó inmediatamente después, Renzi. «Por vez primera un jefe del Gobierno ha elegido a un jefe del Estado», han comentado irónicamente algunos analistas italianos.

Lo primero que dijo al ser elegido el siciliano Mattarella, que había acudido al Parlamento conduciendo un viejo Panda, fue una sola y breve frase: «Mi pensamiento va a las dificultades y esperanzas de nuestros conciudadanos» y lo primero que hizo fue ir a la periferia de Roma, a las llamadas Fosas Ardeatinas, donde en el año 1944 los nazis alemanes masacraron a 335 judíos y a otros opositores, para lanzar el mensaje de que «Europa debe permanecer unida frente al terror».

El 12º presidente italiano y sucesor de Giorgio Napolitano obtuvo 665 votos sobre los 1.009 grandes electores integrados por diputados, senadores y delegados autonómicos. Es decir, 160 más de los 505 requeridos a partir de la cuarta votación y ocho menos de las dos terceras partes de las cámaras. Le votaron los progresistas (PD), los centristas de Opción Civil (SC), los comunistas de Izquierda y Libertad (SEL) y los conservadores del NCD.

El quórum alcanzado

Al alcanzar el quórum de los 505 votos, la asamblea parlamentaria prorrumpió en un aplauso de cuatro minutos en el que han participado todos menos los electos de la Liga Norte y del M5S liderado por Beppe Grillo, que permanecieron sentados. «No es nuestro presidente y hoy es una pésima jornada para Italia, el centroderecha ha muerto», comentó Matteo Salvini, líder de la Liga Norte y aliado en Europa con Marine Le Pen. En su célebre blog, Grillo definió a Mattarella como «todos los matices del gris», en alusión al color con el que viste siempre el presidente.

Echando mano de la aritmética, 34 electores de Forza Italia, el partido de Berlusconi, votaron a Mattarella, contraviniendo la orden del partido de votar en blanco. Desobedecieron también 33 parlamentarios del M5S, partido que apuntaba a otro candidato. Entre los aliados conservadores del Gobierno (NCD), unos 20 electores votaron en blanco, en contra de la indicación de apuntar a Mattarella. Sobre estos últimos tal vez haya influido el hecho de que, en la víspera del último voto y después de tres escrutinios sin resultado (se requerían dos terceras partes de los votantes), Renzi dijera a su aliado conservador y ministro de Interior, Angelino Alfano, que o votaba por Mattarella o se fuera del Ejecutivo italiano.

Salto cualitativo

«Se trata de un resultado superior a las expectativas», comentó Giorgio Napolitano, que ahora es senador vitalicio, al conocer el resultado, subrayando que la elección de Mattarella «es un salto de cualidad de la política» y que el elegido será «un punto firme de referencia para las reformas constitucionales», actualmente en debate parlamentario. Según el exprimer ministro Enrico Letta, a quien Renzi sustituyó (2014) sin que mediaran elecciones, el voto «alarga la legislatura y ayuda a las reformas».