Cuatro soldados israelís mueren arrollados por un camión conducido por un palestino en Jerusalén

Cuatro soldados israelís han muerto este domingo a primera hora de la tarde arrollados por un camión conducido por un palestino en la colonia judía de Armon Hanatsiv, en el sector ocupado de Jerusalén. Además de las víctimas mortales, tres mujeres y un hombre, el ataque causó una quincena de heridos, dos de ellos de gravedad. El conductor, que vivía en el vecino barrio de Yabal Mukabar, ha sido abatido.

La reacción de prácticamente toda la clase política israelí y de su Gobierno, con el primer ministro, Binyamin Netanyahu, a la cabeza, ha sido vincular el ataque al Estado Islámico (EI), dadas sus evidentes similitudes con los atentados perpetrados el año pasado en Niza y Berlín. “Esto es parte del mismo modelo que inspira el EI, que ya vimos primero en Francia, después en Alemania y ahora en Jerusalén”, ha dicho Netanyahu mientras visitaba el lugar del atentado, poco después de que se hubiera producido. “Esto es parte de la misma batalla continuada contra el azote global del nuevo terrorismo. Solo podemos luchar contra él juntos, pero hemos de combatirlo, y lo vamos a hacer”, ha añadido.

MARCHA ATRÁS

El ataque se ha producido hacia la una y media de la tarde. El conductor, Fadi al Karbar, de 28 años y padre de cuatro hijos, circulaba a gran velocidad con el camión de su propiedad por una calle de Armon Hanatsiv, cuando de pronto ha dado un volantazo y ha subido hasta donde había un grupo de unos 80 soldados que en ese momento estaban descendiendo de un autobús. Tras atropellar al grupo, el conductor ha puesto la marcha atrás y, según la policía, se disponía a atropellar de nuevo a los soldados cuando ha sido abatido por ellos y por un civil armado.

En torno a Eitan, el nombre del civil, se ha originado una polémica a lo largo de la tarde. Los medios de comunicación israelís lo han considerado un héroe y muchos se preguntaban cómo era posible que hubiera sido un civil que estaba casualmente en la zona, y no las decenas de oficiales y soldados que había allí, quien tomara la iniciativa contra el atacante. “Primero he disparado yo y luego han disparado los soldados, de manera que no sé quién lo ha matado”, ha dicho Eitan.

COMO UNA EXPLOSIÓN

“De repente escuchamos como una explosión”, ha relatado un soldado. “Al principio no sabíamos lo que había ocurrido, no sabíamos que se trataba de un ataque deliberado. El camión ha atropellado a algunos soldados, pero en un primer momento hemos pensado que había sido un accidente. Entonces hemos visto que el conductor no se detenía, que volvía a poner en marcha el camión. Hemos corrido hacia el camión, he cargado el fusil y he disparado”.

Las imágenes que ha grabado una cámara fija cercana muestran a un gran número de soldados confundidos que se alejan corriendo del camión, a la vez que otro pequeño grupo de soldados se dirige hacia él y comienza a disparar, mientras varias víctimas yacen en el suelo.

La policía ha acudido rápidamente a la casa del conductor y ha practicado algunas detenciones. Al Karbar no militaba en Hamás ni había estado preso en Israel, tal como se había dicho en un primer momento. Varios comentaristas de la prensa israelí consideraban que las características del ataque no hacían pensar en un atentado premeditado, sino más bien en que el conductor había decidido atropellar a los soldados en el mismo momento, cuando había visto la ocasión.

VISITAS DE SOLDADOS

El lugar del ataque, un mirador con espectaculares vistas a la ciudad vieja amurallada, es muy popular no solo entre los turistas, sino también entre los soldados, que visitan la zona en grandes grupos y fuertemente armados. Se trata de unas visitas denominadas "educativas" que organiza el Ministerio de Defensa israelí habitualmente en barrios del sector ocupado de la ciudad y que los palestinos consideran provocaciones.

Del barrio de Yabal Mukabar, situado justo junto a la línea verde, han salido un gran número de los palestinos que han protagonizado numerosos ataques desde octubre del 2015. Este domingo el barrio ha vuelto a ser cerrado por la Guardia de Fronteras, un cuerpo paramilitar israelí.

La presencia del EI y de grupos de ideología salafista en general en los territorios ocupados palestinos es residual, y su mínima actividad se concentra en la franja de Gaza.