Cameron se lanza a la conquista del centro político ante el vacío laborista

Cuando el laborismo británico gira a la izquierda, David Cameron mueve su artillería al centro político. El primer ministro británico ha clausurado este miércoles el congreso de los conservadores en Manchester con un discurso deliberadamente volcado en los problemas sociales, el territorio tradicional de la oposición. La pobreza, la discriminación y el extremismo –ha dicho- son las lacras que promete combatir hasta que finalice su mandato en esta legislatura, a fin de "conseguir una Gran Bretaña aún más grande". Cameron ha anunciado "una cruzada nacional" para construir viviendas asequibles que los británicos puedan comprar. El proyecto es muy controvertido, porque quienes tienen menos poder adquisitivo no pueden soñar con pedir una hipoteca.

Sin nombrarle, el primer ministro ha lanzado un ataque feroz contra el nuevo líder laborista, Jeremy Corbyn, quien –ha recordado Cameron-- en una ocasión dijo que la muerte de Bin Laden fue una desgracia. "No podemos dejar a ese hombre infligir a Gran Bretaña, este país que amamos, su amenaza a la seguridad, sus simpatías a los terroristas, su ideología de odio". También acusó a los laboristas el haber abandonado "cualquier argumento económico, sensato, razonable y racional", al querer "nacionalizar las industrias, subir los impuestos al 60% e imprimir dinero". En resumen: "las ideas laboristas no ayudan a los pobres", sino que por el contrario "lastiman a los pobres".

LA UNIÓN EUROPEA

Sobre el futuro referéndum para la permanencia en la Unión Europea, el tema que divide a los conservadores, Cameron ha prometido "luchar vigorosamente" en las futuras negociaciones. Una UE, concedió a los euroescépticos, "demasiado grande y demasiado mandona a la hora de interferir", pero, ha advertido, es también "el mayor mercado del mundo". "Lo que me preocupa es velar por la prosperidad de Gran Bretaña y por su influencia", ha concluido.

Cameron se ha defendido de las críticas de otros socios europeos sobre la respuesta de su Gobierno a la crisis de refugiados de Siria. "Si abrimos la puerta a cada refugiado, nuestro país se verá sobrepasado". El primer ministro ha confirmado que su Gobierno invertirá un 2% del Producto Interior Bruto en Defensa, incluida la renovación de los submarinos nucleares Trident en Escocia, a la que se oponen los nacionalistas escoceses y el nuevo líder laborista.