Cameron entra de lleno en la campaña de Escocia
David Cameron entró ayer de lleno en la campaña del referendo escocés, a tres semanas de la consulta. Después de dar por terminada la pausa estival, el primer ministro británico puso rumbo a Glasgow, en la primera de las dos jornadas que pasará en Escocia. En el curso de una cena organizada por la patronal británica CBI, Cameron defendió las ventajas económicas de que Escocia siga formando parte de la Unión y prometió más poderes para el Parlamento autónomo de Holyrood de salir victorioso el «no». Más poderes, a los que no puso fecha, para los diputados de la autonomía, algo que les permitirá, «tomar futuras decisiones que fomenten el crecimiento y el empleo».
En su discurso citó las «grandes ventajas» de la actual unión. «Prefiramos la apertura a la estrechez. Nuestros grandes logros, a la incertidumbre. Permanezcamos juntos», dijo. También recordó que Escocia exporta al resto del Reino Unido tanto como a todos los países del mundo juntos. «Fueron oportunidades económicas las que llevaron a unirse a nuestras naciones en 1707», señaló, recordando que esa unión ha supuesto «prosperidad para ambas partes, que ahora están «intimamente ligadas». «No hay necesidad de aventurarse a lo desconocido», añadió.
Aunque los sondeos siguen siendo favorables al no, con una ventaja de 10 puntos, Cameron afirmó que no da ningún resultado por seguro y alabó la gran vivacidad, interés y debate ciudadano que la consulta ha suscitado. «Todo indica que en el referendo va a haber una participación del 80% y eso es algo bueno. Está muy claro que Escocia debe tomar la decisión más importante de los últimos 300 años. Es una decisión enorme».
En la misma sintonía que el primer ministro, el presidente de la CBI, Mike Rake, que actuaba como anfitrión, advirtió de que la independencia podía obstaculizar la recuperación económica de todo el Reino Unido, incluida la propia Escocia. Según Rake, votar sí comporta «enormes riesgos». La CBI «no ve ninguna prueba sustancial, de que la independencia vaya a ser beneficiosa, ni para Escocia, ni para el resto del Reino Unido».
POLÉMICA / La cena con la flor y nata empresarial celebrada en el Hotel Hilton estuvo rodeada de polémica, al ser califica de partidista por la comisión electoral que vigila el cumplimiento de unas estrictas normas democráticas en la campaña del referendo. El encuentro se interpretó como una defensa del no y eso obligó a reducir el presupuesto del acto y el número de invitados muy significativamente.
La realidad es que el referendo está provocando una auténtica guerra entre la clase empresarial. El miércoles 130 directivos se manifestaron en una carta en contra de la independencia, argumentando que no veían ventajas en la separación y sí en cambio un gran riesgo para la economía sin claros beneficios. Ayer llegó la réplica de 200 empresarios escoceses, con sus nombres suscribiendo una petición a favor del sí y la independencia como vía para conseguir una sociedad «más justa y próspera». La misma promesa que repite una y otra vez el ministro principal escocés, Alex Salmond.
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