JUSTICIA DE PELÍCULA EN EEUU

Cadena perpetua para el asesino del francotirador de Eastwood

Eddie Ray Routh, antes de ser condenado a cadena perpetua en Tejas.

Eddie Ray Routh, antes de ser condenado a cadena perpetua en Tejas.

RICARDO MIR DE FRANCIA / WASHINGTON

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En una entrevista con este diario antes de que Clint Eastwood llevara su historia a la gran pantalla, Chris Kyle describió con frialdad quirúrgica su oficio de francotirador, habló de cómo el trabajo en los Navy Seals puso su matrimonio al borde de la ruptura e insinuó que la deshumanización de los iraquís le había servido como mecanismo para preservar la cordura. Era un patriota sin resentimientos, y lo contó en un libro que se convirtió en superventas casi al instante. Pero cuando el éxito comercial le sonreía, cuando el país celebraba su marca como el francotirador más letal de la historia de EEUU, un camarada con problemas mentales lo mató por la espalda.

Ya hay un epílogo para esta trágica historia. Un tribunal de Tejas condenó el martes a Eddie Ray Routh a pasar el resto de su vida en la cárcel por el asesinato de Kyle y su amigo Chad Littlefield. Cadena perpetua sin derecho a la libertad condicional. Durante las dos semanas de juicio, la defensa trató de apoyarse en los informes médicos del exmarine, diagnósticado con estrés postraumáticos y psicosis, para argumentar que no estaba en su cabales cuando cometió el crimen y lograr así que que acabara internado en un hospital psiquiátrico en lugar de la cárcel. Pero el jurado dio más credibilidad a la acusación, que sostuvo que pese a sus desequilibrios mentales y sus excesos con las drogas, era capaz de distinguir el bien del mal.

Routh cometió el crimen en febrero del 2013. Kyle y Littlefield le habían invitado a pasar unas horas con ellos en un club de tiro de Tejas, después de que su madre le pidiera a Kyle que se hiciera amigo de él porque estaba atravesando un mal momento, según The New York Times. Routh había servido en los marines, con despliegues en Irak y en Haití, donde desarrolló labores humanitarias después del terremoto. Pero aquel día se le cruzaron los cables. En un momento de descuido de sus colegas, les descerrajó 13 disparos por la espalda.

«Les has quitado la vida a dos héroes, dos hombres que trataron de ser amigos tuyos», le dijo el hermanastro de Littlefield a Routh tras pronunciarse el veredicto. «Eres una desgracia americana». Al explicar su actuación, Routh dio muestras de paranoia persecutoria. Le dijo al jurado que temía que iban a matarlo, que se había ofendido porque Kyle no le dio la mano al encontrarse aquel día o que ninguno de los dos le dirigió la palabra cuando iban hacia el club de tiro. Intercaló su discurso con párrafos más alucinados. Contó que sus compañeros de trabajo eran caníbales que querían comérselo o que estaba rodeado de gente mitad humana mitad cerdo.