ATAQUES TERRORISTAS EN EL GIGANTE ASIÁTICO

Una cadena de atentados causa 50 muertos en China

La policía acusa a un grupo armado uigur de las cuatro bombas colocadas en la provincia de Xinjiang

ADRIÁN FONCILLAS / PEKÍN

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El polvorín étnico uigur ha vuelto a estallar con una violencia inusitada. Cincuenta personas murieron en la tarde del domingo en Xinjiang por la explosión de cuatro bombas en dos comisarías de policías, un mercado y una tienda, según la prensa local, en el peor atentado de los últimos meses.

Los fallecidos son 40 “alborotadores”, seis civiles y cuatro policías, en lo que ha sido calificado como un ataque terrorista “organizado y serio” por las autoridades. El portal de noticias gubernamental Tianshan ha informado que los atacantes murieron al explotar sus propias bombas o tiroteados por la policía. Los atentados también han dejado 54 heridos, 32 de la etnia local uigur y 22 de la etnia mayoritaria china. Dos atacantes han sido detenidos por la policía.

La prensa ha señalado que Mamat Tursun, el presunto líder del ataque terrorista del domingo, murió por los disparos de la policía. Xinhua asegura que Tursun fue desarrollando gradualmente su extremismo religioso desde 2003 y convenciendo a sus compañeros de trabajo para que se sumaran a la causa. Los ciudadanos locales han descrito una masiva presencia policial en la zona.

DEMORA

La información ha llegado cinco días después de los atentados, sin que haya trascendido la razón de la demora. Los medios chinos habían hablado hasta ahora de apenas dos muertos. La prensa internacional tiene prohibida la entrada en las zonas más sensibles de Xinjiang, la provincia más occidental del país que periódicamente sufre los enfrentamientos entre la población local y los colonos.

El pasado año murieron más de 200 personas en ataques, según la prensa local. La región está sumida en un conflicto irresoluble entre los uigures, de lengua túrquica y religión musulmana, y la etnia mayoritaria china. Los primeros acusan a Pekín de diluir su cultura y expoliar sus recursos naturales, mientras el Gobierno subraya el desarrollo económico que ha experimentado la provincia bajo el paraguas chino.

El último ataque se produjo dos días antes de que el principal defensor de los derechos de los uigures, el academico Ilham Tohti, fuera condenado a cadena perpetua por “separatismo” en una decisión criticada por Europa Estados Unidos. Tohti, de 44 años, había sido acusado de fomentar la independencia e instigar actos violentos en su provincia natal de Xinjiang.

ESTABILIDAD

La condena se daba por descontada porque las sentencias de culpabilidad superan el 99 % en la justicia penal china y ésta se encuentra supeditada al Partido Comunista de China, que ha convertido la estabilidad en Xinjiang en uno de sus pilares. Pero sorprendió la dureza porque no ha habido casos en los últimos años de activistas políticos condenados a cadena perpetua y el perfil de Tohti está muy alejado del extremismo.

El periódico ultranacionalista 'Global Times' defendió que “los separatistas están totalmente advertidos de la línea roja marcada por la Constitución china y la ley criminal”. “Tohti sirve de lección para que sepan el precio que pagarán si continúan con su peligroso camino”, continuó.