LA RESPUESTA POPULAR

Burlando la prohibición

El presidente Gül se suma a los turcos que logran saltarse el bloqueo y usar la red

ANDRÉS MOURENZA / ATENAS

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A los turcos les vuelven locos las redes sociales. Con 32 millones de usuarios, es el sexto país del mundo y el primero de Europa con mayor penetración de Facebook. En cuanto a Twitter, en el 2012 -el último año con estadísticas completas- era el undécimo país del mundo en número de usuarios, aunque es factible creer que tras la revuelta del parque de Gezi, en la que la red social del pajarito se convirtió en medio de comunicación, haya escalado en dicha clasificación. Por ello, el bloqueo de Twitter en Turquía se puede considerar un ataque contra el modo de vida de una parte nada desdeñable de la sociedad turca. Y de ahí que los ciudadanos turcos no están dispuestos a aceptarlo.

Como ya ocurriese a lo largo de los casi dos años que estuvo bloqueado Youtube -durante los cuales siguió siendo la quinta web más vista en Turquía-, los turcos han seguido usando Twitter pese a la prohibición, y la red social ha llegado a registrar en el país más actividad que en días normales: solo en las primeras 10 horas de la prohibición se enviaron medio millón de tuiteos desde Turquía. Diversos 'hashtag' en turco o el internacional #TwitterisblockedinTurkey se convirtieron durante horas en 'trending topic' mundiales.

Los trucos

La razón: hay modos de saltarse la prohibición. Por ejemplo usando programas que enmascaran la localización del ordenador como las redes privadas virtuales (VPN) y los proxy o modificando los números DNS del 'router' en el ordenador particular. Desde que se decretó la prohibición, los medios de comunicación turcos hicieron públicos los trucos para saltarse el bloqueo -algo que, según un abogado consultado por la cadena CNNTürk, «no supone delito alguno»-, los usuarios se los enviaron unos a otros o, incluso, en una calle del barrio estambulí de Kadiköy se hizo una pintada en la pared avisando a los paseantes de cuáles eran los números DNS que debían cambiar en su ordenador para entrar en Twitter. En otros lugares se pegaron carteles con las instrucciones a seguir.

Pero si alguien llamó la atención al saltarse la prohibición a la torera fue el propio presidente de la República, Abdulá Gül, antigua mano derecha del primer ministro Erdogan. «Cerrar completamente las redes sociales es inaceptable», tuiteó el presidente a mediodía.

«Es una situación tragicómica», afirmó a este diario el experto en informática Ahmet Han, de la asociación Jóvenes Civiles: «Y demuestra que el Estado no comprende internet, porque hay muchas formas de saltarse la prohibición». Con todo, y aunque el bloqueo sea una simple piedrecilla en el zapato para los cibernautas con ordenador, Ahmet Han explicó que a los usuarios de Twitter a través de aplicaciones móviles -especialmente los que disponen de un iPhone-el bloqueo sí que les supone complicaciones. Para ellos la propia empresa puso a disposición un servicio de tuiteo a través de SMS, facilitando los números de teléfono necesarios.

El propio portavoz del Gobierno, Bülent Arinç, tuiteó por la mañana su agenda de la jornada, aunque debió hacerlo por error porque no se le volvió a ver el pelo a lo largo del día. De hecho, Erdogan podría haberse metido un gol en propia puerta: a poco más de una semana para las elecciones municipales las oficinas de prensa de los ministros y de los candidatos del Partido de la Justicia y el Desarrollo (AKP) se quedaron sin una valiosa herramienta de propaganda electoral obligados, al menos moralmente, a cumplir con la prohibición. «Quizá los del AKP están cumpliendo con la prohibición. O no han entrado a Twitter o no abren la boca», se jactaba la periodista Asli Aydintasbas, a través de Twitter.