FLUJOS MIGRATORIOS EN EUROPA

Bruselas se abre a discutir del reparto de los refugiados

Una decena de países, entre ellos España, rechazan las cuotas y criterios

Dos inmigrantes sudaneses se protegen de la lluvia en Calais (Francia).

Dos inmigrantes sudaneses se protegen de la lluvia en Calais (Francia).

SILVIA MARTÍNEZ / BRUSELAS

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Apenas una semana después de que la Comisión Europea anunciara su novedoso sistema de reparto obligatorio de refugiados para hacer frente a la emergencia en el Mediterráneo, son ya una decena los países que han expresado reticencias, entre ellos España y Francia de forma bastante contundente. Este miércoles, el responsable europeo de diseñar la nueva agenda migratoria, Dimitrios Avramopoulous, aprovechó su intervención ante la Eurocámara para responderles que está «abierto» a discutir los criterios que servirán de base para distribuir a los solicitantes de asilo pero no a la inacción.

El comisario confirmó que la próxima semana presentarán la propuesta legislativa que permitirá activar el artículo 78.3 del Tratado. Es decir, la base legal que permitirá poner en marcha un mecanismo temporal de emergencia ante flujos migratorios repentinos con vistas a transferir a aquellas personas que necesitan protección a los países de la UE.

Discusión en el Consejo

La distribución de inmigrantes se basará en criterios «objetivos y claros». No aclaró, sin embargo, si a la luz de las últimas críticas habrá modificación del peso de los cuatro factores que determinarán el porcentaje que cada país tendrá que acoger: el 40% para PIB y población y el 10% para tasa de paro y esfuerzo realizado en el pasado en acogida de inmigrantes, respectivamente. Un reparto que no gusta a España y que, según fuentes comunitarias, se mantendrá sin cambios en la nueva propuesta. Esto significa a priori que la Comisión Europea quiere mantener intacta la ambición de su propuesta original y que los gobiernos, si quieren cambios, tendrán que pelearlos en el Consejo Europeo que es quien decidirá por mayoría cualificada.

«En los últimos días he escuchado muchas quejas de que el sistema está demasiado orientado hacia el Mediterráneo. Seamos claros, lo que estamos construyendo no es solo una respuesta de emergencia a la presión actual. Es un mecanismo de emergencia que se podrá aplicar en el futuro allí donde haya presión», recordó Avramopoulous sin mencionar al este de Europa pero en clara alusión a esa zona. Pero el problema, ahora, está en el sur. En lo que va de año han llegado más de 80.000 inmigrantes a las costas europeas y las solicitudes de asilo se han disparado a razón de 70.000 al mes.