Visita oficial de Dilma Rousseff

Brasil eleva sus inversiones en Cuba

La empresa Odebrecht amplía el puerto de Mariel y plantará azúcar en Cienfuegos

La presidenta de Brasil, Dilma Rousseff, habla con su homólogo cubano, Fidel Castro, el martes, en La Habana.

La presidenta de Brasil, Dilma Rousseff, habla con su homólogo cubano, Fidel Castro, el martes, en La Habana. / JG LM**MEX** EM**MEX**

TONI CANO / México

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Brasilplantará azúcar en Cuba. La presidenta del pujante país suramericano,Dilma Rousseff, y su homólogo cubano,Raúl Castro, acordaron este martes enLa Habana "profundizar" la relación económica y comercial que ya ha venido creciendo en los últimos años entre ambos países.

En su primera visita oficial a la isla, Roussef anunció nuevos créditos e inversiones, al tiempo que se negó a hablar de derechos humanos. "Que lance la primera piedra quien no tenga tejado de vidrio", dijo. No obstante, abogó en privado ante Castro por la bloguera Yoani Sánchez, a quien Brasil concedió un visado pero el Gobierno cubano no deja salir de la isla.

La presidenta hizo un recorrido por las obras de ampliación del puerto de Mariel, en el que el poderoso conglomerado empresarial brasileño Odebrecht ha invertido casi 350 millones de euros. El Gobierno cubano cree que, si termina el embargo económico impuesto por Washington, Mariel será un puerto clave en el comercio entre América Central y Estados Unidos.

"Con mucho orgullo",Dilma Rousseff visitó también a Fidel Castro, retirado del poder desde el 2006, con quien conversó de sus pasados guerrilleros. Con su hermano y sucesor, Raúl Castro, la presidenta brasileña acordó una mayor “cooperación bilateral en las áreas técnica, científica y tecnológica, sobre todo en agricultura, seguridad alimentaria, salud y producción de medicamentos".

La mandataria anunció un crédito de más de 50 millones de euros para la agricultura familiar de la isla y rubricó el acuerdo firmado por Odebrecht y el grupo estatal cubano Azcuba para ampliar la producción azucarera en la provincia central de Cienfuegos. Tras los sectores turístico, petrolero, minero y energético, Cuba abre así también a la inversión extranjera ese decaído sector azucarero que hace años servía para calibrar la marcha de la revolución.