Cumbre de la Unión Europea

El bloque del Este gana poder en Europa

La alemana Angela Merkel, habla con el británico David Cameron, ayer.

La alemana Angela Merkel, habla con el británico David Cameron, ayer.

MONTSE MARTÍNEZ
BRUSELAS

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Europa ha roto moldes. Hacía tiempo que los países del Este alzaban la voz en busca de la presencia y el reconocimiento que nunca han tenido desde su incorporación a la familia europea. Un polaco que no habla inglés, el primer ministro Donald Tusk, ocupará la presidencia del Consejo Europeo, uno de los cargos más importantes de las instituciones europeas en manos históricamente de mandatarios del Benelux, como el saliente Herman van Rompuy. Finalmente, la cuestionada ministra de Exteriores italiana, Federica Mogherini, de 41 años, liderará la diplomacia europea como Alta Representante de la Unión para Asuntos Exteriores, en sustitución de Catherine Ashton.

Los jefes de Estado y de Gobierno de los 28 países miembros de la Unión Europea (UE) consensuaron ayer sendos nombramientos en la cumbre extraordinaria celebrada en Bruselas con el telón de fondo del recrudecimiento de la crisis ucraniana y con la posibilidad de decidir ampliar las sanciones a Rusia.

Ayer se imponía un acuerdo tras el fiasco del pasado mes de julio porque  el calendario apremiaba para desbloquear el nombramiento de la alta representante, condición para para continuar con la designación, en una semana aproximadamente, de los 28 comisarios.

Y es que hace poco más de un mes, Mogherini era demasiado joven, inexperta, prorrusa y de izquierdas para liderar la diplomacia europea. En un abrir y cerrar de ojos, los supuestos defectos de la joven ministra, que le valieron precisamente el veto del Este al considerarla demasiado blanda con Rusia en plena crisis ucraniana, se han convertido en supuestas virtudes.

¿Qué ha ocurrido en poco más de un mes?  Pues, entre otras claves, que Polonia, uno de los principales detractores de la italiana, ha colocado en el codiciado puesto de la presidencia del Consejo Europeo a su primer ministro, Donald Tusk. Una compensación que bien valía suavizar críticas. Es un clarísimo ejemplo de los pactos y equilibrios a los que obliga la convivencia entre 28 países con intereses y visiones muy dispares. Especialmente, en lo concerniente a la gestión económica.

AUSTERIDAD CONTRA FLEXIBILIDAD / Tras una legislatura marcada por la austeridad a rajatabla, enarbolada por la cancillera alemana Angela Merkel, presionan con fuerza quienes, con Italia y Francia a la cabeza, abogan por flexibilizar las exigencias en aras del crecimiento en los próximos cinco años.Tanto el presidente del Consejo Europeo, Donald Tusk, como el presidente de la Comisión Europea, Jean-Claude Juncker, responden al perfil conservador defensor de las políticas de austeridad. Como contrapunto, Hollande lidera el frente partidario de la flexibilización  para crear empleo.

Conjugar, pues, las ideologías políticas mayoritarias (conservadores/socialistas) con las geográficas (norte/sur/ este) y las de género nunca es tarea fácil en el tablero europeo. Y esta vez tampoco ha sido una excepción en un momento en el que se cuestiona la austeridad sin concesiones y el este europeo es un polvorín con la reciente incursión de tropas rusas en territorio ucraniano.

REFORMAS EN POLONIA / Adalid de las reformas económicas en Polonia - «Tusk ha hecho en Polonia lo que Rajoy en España; reformas, reformas y reformas», decía una fuente del Gobierno español- el primer ministro polaco lanzó ayer el mensaje, sin embargo, de su predisposición a la flexibilización. «Es posible combinar la disciplina presupuestaria y el crecimiento, no es contradictorio», dijo Tusk en la primera comparecencia tras su nombramiento para, a renglón seguido, lanzar un guiño al Reino Unido al decir que no entendería la UE sin su presencia.

«Creo que lo que yo puedo aportar es la experiencia de un país que todavía mantiene su moneda nacional y espero que la decisión de hoy también sirva para acabar con esa división de los que están en el euro y los que no», dijo, para añadir: «El euro tiene que dejar de ser algo que introduzca divisiones». El tándem Tusk-Mogherini ha satisfecho al presidente Rajoy que, según fuentes gubernamentales, ha destacado  el «buen entendimiento» con el primer ministro polaco y ha celebrado que la jefa de la diplomacia europea sea una mujer.