UN VETERANO DE LA IZQUIERDA ITALIANA

Bersani, un excomunista con un denso currículo político

El futuro primer ministro, graduado en filosofía, ha sido presidente de Emilia-Romagna y ha ocupado varias carteras ministeriales

Bersani habla en un mitin en el centro de Milán, el 17 de febrero.

Bersani habla en un mitin en el centro de Milán, el 17 de febrero. / periodico

ALBERT GUASCH / Roma (enviado especial)

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Cuando era un niño, Pierluigi Bersani coordinó una huelga de monaguillos de una pequeña iglesia para protestar por el uso que el capellán hacía de las donaciones de los feligreses. Un temprano sentido de la justicia social y de la decencia que definiría después su carrera política. Definido como serio, responsable y organizado desde sus años de ministro en las administraciones de Massimo D'Alema y Romano Prodi, no cabe esperar pues de este excomunista de 61 años, casado y con dos hijas, que se distraiga con alegres fiestas bunga-bunga.

Bersani se ha presentado a la opinión pública como un candidato sin nervio, de limitado carisma, poco inclinado a responder a las balas de sus contrincantes con granadas verbales. Quizá el populista Beppe Grillo y su tendencia a acusar a todos los políticos de buscar el enriquecimiento es quien más le ha sacado de quicio. “Recuerdo que yo soy hijo de un mecánico, no soy un millonario”, dijo el último día de campaña. Pero a menudo ha mostrado un lenguaje corporal incómodo ante la atención mediática, como si prefiriese retirarse lo antes posible a la privacidad de un cálido hogar.

El "anticandidato"

Si los mítines de Silvio Berlusconi o Beppe Grillo podían ser en sí unos entretenidos espectáculos, los de Bersani ciertamente nunca lo fueron, pese a que no carece de cierta retranca a la que ha recurrido en insuficientes ocasiones. “Mr. Normal”, lo definió un diario anglosajón. “El anticandidato”, lo calificó uno italiano.

Graduado en Filosofía por la Universidad de Bolonia, el próximo nuevo primer ministro italiano se ha construido un denso currículo político a lo largo de los años. Fue presidente de su región natal, Emilia-Romagna, en el norte del país; ministro de carteras variadas como Desarrollo Económico, Industria y también Transportes; diputado en el Parlamento Europeo... No está mal para alguien a quien Berlusconi trató sus capacidades con sumo desdén: “Como mucho, podría ser un correcto alcalde de Bolonia”, dijo.

Colaboración con Renzi

Bersani se alzó con el puesto de ariete titular del Partido Demócratico (PD), formación de centroizquierda surgida en el 2007, tras derrotar en un proceso de primarias al sustancial y a la vez fotogénico alcalde de Florencia, Matteo Renzi. La lucha no ha menoscabado el espíritu de colaboración entre ambos, al menos de cara a la galería.

Frecuentemente ha recordado el arduo camino que le aguarda a Italia para salir del actual atolladero. Para la tranquilidad de Bruselas, se ha confesado europeísta; para la satisfacción de los frustrados con las políticas de Mario Monti, se ha mostrado partidario de mantener pero a la vez relajar las reformas. Quiere darle la vuelta también al sistema político.

Fiel a su perfil bajo, no se espera de él ninguna gran celebración. Y si cambiase de opinión, que no cuente con Daniela, su esposa de toda la vida. El domingo, tras votar, fue explícita: “Estoy muy contenta con todo lo que sucede y de que al partido le vayan bien las cosas. Pero yo tengo una familia complicada, con dos hijas y dos ancianos en casa, así que yo ya tengo bastantes preocupaciones”.