TENSIÓN RACIAL EN EEUU

Baltimore amanece en una calma tensa tras los graves disturbios de la víspera

La Guardia Nacional se despliega en las zonas más conflictivas de la ciudad

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RICARDO MIR DE FRANCIA / BALTIMORE

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Con la ciudad tomada por la policía y medio millar de militares de la Guardia Nacional, un cuerpo que no se desplegaba aquí desde los disturbios que siguieron al asesinato de Martin Luther King en 1968, Baltimore ha amanecido en calma tras los graves y violentos disturbios del lunes.

Patrullas ciudadanas de limpieza peinaban los barrios del noroeste recogiendo cristales, piedras y toda clase de desperfectos generados tras la explosión de ira de parte de la comunidad negra. El olor a quemado seguía impregnando algunas calles, después de que 15 edificios y 144 coches de policía ardieran en varios barrios, según los datos del 'Baltimore Sun'.

Los incidentes comenzaron en Sandtown-Winchester, uno de los barrios más pobres de la ciudad, donde el pasado 12 de abril fue detenido Freddy Gray tras rehuir la mirada de un policía y alejarse temiendo el arresto. Una semana después, Gray estaba muerto tras sufrir una grave lesión en la espina dorsal mientras estaba bajo custodia policial, en unas circunstancias que todavía no se han aclarado. Pero no se limitaron a esta madeja de casa adosadas, muchas abandonadas y con las puertas tapiadas, fruto de brutal despoblación que ha sufrido la ciudad durante décadas.

Algunos vecinos se quejan de la actuación de los jóvenes, de esas ansias de destrucción que se ha cebado con algunos de los pocos comercios que hay en la zona. Desde un supermercado CVS, a una peluquería o un establecimiento de créditos exprés. Pero los vecinos insisten en que se sienten abandonados por las autoridades y están hartos de los abusos policiales. En Sandtown-Winchester el paro supera el 50% de la población activa.

NOCHES EN VELA

Los disturbios también llegaron a otros barrios. En algunas zonas, grupos de ciudadanos pasaron la noche en vela, vigilando las calles para tratar de prevenir los saqueos y el pillaje. En medio de esta resaca, la policía y la Guardia Nacional han tomado el centro de la ciudad, instalando cordones de seguridad en torno al Ayuntamiento y las zonas turísticas del puerto.