POLÉMICA DIPLOMÁTICA

Austria desafía a sus socios y restringe las concesiones de asilo

Juncker denuncia una decisión tomada de forma unilateral

Agentes de policía caminan por detrás de una vallas en un centro de registro de migrantes en Spielfeld (Austria), en la frontera con Eslovenia.

Agentes de policía caminan por detrás de una vallas en un centro de registro de migrantes en Spielfeld (Austria), en la frontera con Eslovenia. / periodico

CARLES PLANAS BOU

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A las difíciles negociaciones sobre el futuro del Reino Unido dentro o fuera de la Unión Europea hay que sumarle la gestión de la crisis de los refugiados, latente desde hace meses. Dejando de lado el consenso comunitario, esta mañana Austria ha puesto en marcha una reducción de las concesiones de asilo reduciendo el techo de aceptación a 80 personas por día. A pesar de que Bruselas remarcó que la cuota de entrada supondría una vulneración de los derechos humanos, el Ejecutivo austríaco ha lanzado un claro desafío a la UE haciendo oídos sordos a sus consignas. Viena ha limitado así a 37.500 el número de refugiados autorizados a entrar en el país durante este año y a 3.200 el número diario de personas que pueden transitar por su territorio para llegar a un país vecino. "Las fronteras serán cerradas", ha advertido el portavoz de la policía Fritz Grundnig a AFP.

La decisión "irrenunciable" de Austria viene además acompañada del refuerzo de varios de sus controles fronterizos y de nuevas medidas de seguridad y vigilancia. A pesar de las criticas, Viena ha reforzado el endurecimiento de su postura. "Reduciremos los límites aún más. Estoy muy contenta con nuestra decisión y la mantendremos", ha resaltado la ministra del Interior austríaca Johana Mikl-Leitner.

El miércoles Austria anunció sus planes de limitar la entrada de solicitantes de asilo. El año pasado Austria acogió a 90.000 personas lo que, según el canciller Werner Faymann, les convierte en “un buen ejemplo de la reparto de refugiados en Europa”. Las palabras del canciller no han gustado nada a Alemania, que pretende liderar una respuesta comunitaria a la crisis junto a Turquía, ni a Bruselas. “Los solos nacionales no son recomendables”, ha lamentado el presidente de la Comisión Europea Jean-Claude Juncker. Según diplomáticos europeos citados por Reuters, la restricción austríaca es equivalente a “hacer la peineta al resto de Europa”.

FUERZA DE LA DERECHA

Austria ha endurecido últimamente su posición sobre la acogida de refugiados, desafiando también la voluntad de su vecina Alemania. El gabinete de Faymann, conformado por socialdemócratas y conservadores, se mostró en un principio reticente a crear muros pero en octubre anunció que levantaría una valla en la frontera con Eslovenia, siendo así la primera dentro del espacio Schengen. ¿A qué vino ese cambio radical?

La creciente influencia de la retórica antiinmigración y euroescéptica del Partido por la Libertad de Austria (FPO), tercero en las elecciones legislativas del 2013, se ha trasladado a las calles. Los comicios municipales de Viena, celebrados el pasado 11 de agosto, ratificaron su auge, logrando sus mejores resultado en casi 10 años. La reacción del Gobierno ha sido aceptar parte de esa retórica y girar a la derecha para evitar que el FPO siga creciendo. “La ultraderecha juega con el miedo de los ciudadanos a que una supuesta invasión exterior acabe con todos sus privilegios aunque ese miedo sea irreal”, apunta Carsten Koschmieder, especialista del Instituto de Ciencias Políticas Otto Suhr de Berlín.

EFECTO DOMINÓ BALCÁNICO

La medida unilateral de Austria ya ha empezado a desencadenar un efecto dominó en el este de Europa, donde la tensión es máxima sobre como limitar el flujo de refugiados. El primero en seguir los pasos ha sido el Gobierno de Belgrado. “Tal y como actúa Austria, actuará también Serbia”, declaró el ministro de Trabajo, Aleksandar Vulin. Entre 2.500 y 3.000 personas llegan cada día al país aunque la mayoría no solicitan asilo y ponen rumbo a países con un mejor nivel de vida como Alemania.

Los refugiados llegan al norte y oeste de Europa a través de la ruta de los Balcanes. Sirios, afganos e iraquís, mayoritariamente, llegan al continente zarpando de Turquía hacia Grecia. Para limitar su movimiento por la península balcánica la policía de Austria, Eslovenia, Croacia, Serbia y Macedonia han acordado establecer un riguroso filtro en la frontera norte de Grecia para no dejar pasar a los que no acrediten tener derecho al asilo.