Obama y Merkel ensalzan la cooperación trasatlántica ante la victoria de Trump

Barack Obama y Angela Merkel.

Barack Obama y Angela Merkel. / periodico

CARLES PLANAS BOU / BERLÍN

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Berlín se ha despertado este martes cubierta de una incómoda lluvia fría, un escenario que hacía presagiar que la despedida entre el presidente de los Estados Unidos Barack Obama y la cancillera de Alemania Angela Merkel estaría marcada por la incertidumbre de un futuro oscuro en el que el populismo tiene cada vez más fuerza. Con los ojos inevitablemente puestos en la victoria presidencial de Donald Trump y el incesante auge del xenófobo Alternativa por Alemania (AfD) ambos mandatarios han querido mandar un mensaje de calma para asegurar que la alianza trasatlántica seguirá en pie.

Consciente de que la problemática social que ha aupado a Trump en Estados Unidos y al populismo xenófobo en Europa va mucho más allá de una ideología de ultraderecha, Obama ha alertado que subestimar el impacto negativo que la globalización y la desigualdad pueden tener en ciertos sectores de la población puede pasar factura. Aún así no ha querido culpar al actual desarrollo de la economía global ni a los grandes acuerdos de libre comercio que ha impulsado y ha lanzado un mensaje para los jóvenes que se manifiestan contra la victoria del republicano. “No deis por garantizado el sistema en el que vivís”, ha apuntado. “Hay que encontrar una manera de llegar a toda la gente. No podemos evitar que algunos partidos se alcen diciendo que tan solo ellos son el pueblo”, ha añadido Merkel.

EL INTERROGANTE TRUMP

Durante los últimos ocho años, la cooperación trasatlántica ha sido esencial para mediar en graves crisis del tablero internacional como la guerra de Siria y Ucrania y el auge del terrorismo de Estado Islámico. Trump supone un interrogante para todos estos focos y Obama ha querido lanzar un mensaje de calma a su aliada, asegurando que su sucesor mantendrá el compromiso con la OTAN. Menos claro es si Trump, de quién Bashar Al-Asad ha dicho que es un “aliado natural”, alargará las sanciones económicas contra Putin por su alineamiento con el autócrata sirio en los bombardeos contra población civil y en la anexión de Crimea.

Obama y Merkel ha reiterado su compromiso en la lucha contra el cambio climático y han alertado sobre la necesidad de aplicar el acuerdo de París del año que viene. Durante su reunión, también han acordado una gestión calmada y transparente de la salida del Reino Unido de la Unión Europea. El presidente demócrata también ha querido agradecer a Merkel el “coraje” y “solidaridad” mostrado con los refugiados.

Uno de los factores clave que explican la alianza entre EEUU y Alemania es su cooperación económica, un vínculo que ha beneficiado a ambas potencias. La llegada de Trump a la Casa Blanca supone la paralización del acuerdo de libre comercio impulsado enérgicamente desde Washington y Berlín, el TTIP, algo que Merkel ha asumido con la vista puesta en el futuro. A pesar de su voluntad de combatir el populismo dando “una cara humana a la globalización”, la cancillera ha asegurado que “no podemos volver atrás”, en un claro gesto para proseguir su plan económico en Europa.

ELOGIOS MÚTUOS

Más allá de los temas candentes que agitan el mundo, el presidente estadounidense ha insistido en despedirse reverenciando a la que ha sido su mejor pareja de baile durante los últimos ocho años. “No podría haber pedido una mejor aliada ni amiga más cercana. Alemania, Berlín y Angela siguen siendo el mejor ejemplo de progreso”, ha agradecido. Obama incluso se ha permitido entrar en campaña para apoyar a Merkel. “Si fuese alemán votaría por ella”, ha añadido con media sonrisa.

Merkel ha querido contribuir activismo este ya habitual baño de elogios entre ambos mandatarios asegurando que sin la ayuda económica de EEUU después de la segunda guerra mundial la reunificación alemana nunca habría sido posible y lamentando que el mandato de Obama no pueda alargarse. La canciller lleva 11 años al frente de Alemania y pretende hacerlo otros cuatro años más.