PULSO POLÍTICO EN FRANCIA

Aubry abandera la rebelión socialista contra Hollande

La exsecretaria del PS rompe su silencio para criticar la deriva liberal del presidente

Martine Aubry.

Martine Aubry.

EVA CANTÓN / PARÍS

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El presidente francés, François Hollande, tendrá que sofocar un nuevo incendio de considerables dimensiones en sus propias filas. Martine Aubry, exsecretaria del Partido Socialista (PS) francés y referente de la izquierda, ha roto este domingo un silencio de más de dos años para criticar abiertamente la política económica del mandatario. La alcaldesa de Lille se erige así en líder natural del grupo de 40 diputados socialistas rebeldes que contestan la deriva liberal del Ejecutivo y amenazan la senda reformista trazada por el inquilino del Elíseo.

En una larga entrevista concedida a 'Le Journal du Dimanche', Aubry justifica su irrupción en el debate político argumentando que no puede quedarse «de brazos cruzados» ante el avance del Frente Nacional y porque, en su opinión, la izquierda puede recuperarse de los sucesivos varapalos electorales (municipales y europeas) si toma el camino adecuado en los dos próximos años. «La izquierda no tiene derecho a fracasar», asegura. Pero si el PS quiere estar presente en la segunda vuelta de las presidenciales del 2017 será necesaria una «inflexión» de la política económica que, sin renunciar a la reducción del déficit, ponga el acento en el crecimiento. En este sentido, plantea revisar los 41.000 millones de ventajas fiscales que el Gobierno ha otorgado a las empresas, para destinar una parte a las familias y los entes locales.

Viejas recetas

También expresa su visión sobre las reformas que Francia necesita para salir del estancamiento económico. «Reforma tiene que ser sinónimo de progreso. Hay que acabar con las viejas recetas liberales. ¿Nos vamos a pasar el siglo XXI deshaciendo lo que se hizo en el XX?», prosigue Aubry, sindicalista desde hace dos décadas y vinculada a una concepción de la política que prime los valores y un proyecto de sociedad. «Una de las razones del malestar de los franceses es que no entienden qué tipo de sociedad queremos construir», dice.

El ataque frontal de Aubry obligó al primer ministro, Manuel Valls, a responder de inmediato. «En la izquierda siempre hemos considerado la diversidad como una riqueza. La vivimos todos los días, incluso todos los domingos, a veces un poco en exceso, y hay que mantener la sangre fría», dijo en un discurso ante los radicales de izquierda.

Este fuego cruzado entre ambos, que dada su ojeriza mutua ya se ha vivido con anterioridad, adquiere ahora un nuevo significado porque, si el país no se endereza económicamente y el descrédito de la clase política sigue alimentando el caladero de la extrema derecha, Aubry podría convertirse en el último recurso de la izquierda para salvar un quinquenio que los medios franceses juzgan imprevisible.

Pésimas relaciones

Sin embargo, Aubry dice que no aspira a ocupar el puesto de primer ministro, una hipótesis poco probable dadas sus pésimas relaciones con Hollande. A sus 64 años, tampoco estaría situándose en la rampa de lanzamiento hacia El Elíseo, al menos oficialmente.

De momento, resalta que solo es candidata «al debate de las ideas» del socialismo francés, al que ya ha contribuido con una comunicación colectiva titulada 'Para salir adelante' y firmada por algunos de los diputados rebeldes. Hollande tiene ante si un nuevo desafío.