¿Por qué los yihadistas odian a Francia?

Los expertos en yihadismo Alex Schmid y Edwin Bakker aseguran que se tiene que combatir el Estado Islámico con intervención militar

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MARTA CASADO / BARCELONA

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“El Daesh tiene una especial predilección hacia Francia como blanco de sus ataques”, asegura Edwin Bakker, director del Centro de Terrorismo y Contraterrorismo en la Universidad de Leiden. Alex Schmid, director de ‘Terrorism Research Iniciative’, añade que “Francia jugó un papel muy importante en la división del imperio Otomano durante y después de la Primera Guerra Mundial; está involucrada en la lucha contra el Estado Islámico; y tiene una larga trayectoria y reputación como estado secular”.

El Estado Islámico considera que Francia, donde viven más de seis millones de musulmanes, es la antítesis de una "buena sociedad islámica" por ser el centro de la promiscuidad y celebrar la laicidad. El odio hacia Francia está también "posiblemente influenciado por los centenares de jóvenes franceses musulmanes que se han unido al Estado Islámico en los últimos años", asegura Edwin Bakker. Asímismo, el hecho que más de 10.000 soldados franceses estén, a día de hoy, luchando en contra de los musulmanes fundamentalistas ha aumentado aún más el resentimiento por parte del Daesh. 

Históricamente, el acuerdo Sykes-Picot, alcanzado en mayo del 1916, ha adquirido especial relevancia para entender la relación del Estado Islámico con Francia. La resolución acordaba la división de las provincias otomanas de Oriente Próximo entre los franceses y británicos. Así, Francia se hizo con el control del sureste de Turquía, el norte de Irak, Siria y Líbano. El acuerdo acabó con la promesas de un Estado árabe independiente y redefinió las fronteras en base a los intereses occidentales. En 2014, el Estado Islámico difundió un vídeo, 'The End of Sykes-Picot', donde se especificaba que uno de sus objetivos era revertir los efectos de dicho acuerdo. 

Estas serían algunas de las razones por las que el país galo fue mencionado específicamente por el Estado Islámico -que consta con algunos combatientes franceses en su cúpula- como su objetivo en septiembre del 2014. Desde entonces, el país galo ha sido víctima de tres atentados yihadistas que suman más de 215 víctimas mortales. “Los ataques tienen diferentes propósitos”, entre los cuales destacan la voluntad de “polarizar las sociedades y forzar a los musulmanes a tomar el “camino correcto””, asegura Schmid.

Con todo, Schmid especifica que, "el objetivo del EI es prácticamente todo el mundo, pero la diferencia entre las intenciones y las capacidades impiden una guerra en todos los frentes". 

INTERVENCIÓN MILITAR

A raíz de la masacre en Niza producida el pasado viernes, el presidente francés, François Hollande, anunció su voluntad de incrementar la intervención en Siria Irak. “Esta no es la solución, sino que debe entenderse como la respuesta política de un presidente que está sometido a mucha presión”, explica Bakker.

Ambos autores reconocen que la lucha contra el Estado Islámico debe incluir intervención militar. Tanto Schmid como Bakker también coinciden en asegurar que no existe una solución rápida y eficaz para combatir el Estado Islámico. “La prevención de este tipo de ataques tiene que ser a un nivel local, dentro de las comunidades musulmanas, pero también hay mucho trabajo que hacer para luchar la ideología del Estado Islámico y la forma en la que se difunde, a través de las redes sociales”, añade Bakker.

Alex Schmid, autor de numerosos artículos académicos donde destaca la importancia de un consenso en la definición de “terrorismo”, apunta que para que este sea combatido debe primero existir un acuerdo acerca de qué es y qué implica. Pese a los intentos de Schmid y otros autores, aún no se ha adquirido una definición consensuada.

ENFOQUE GLOBAL

“El Estado Islámico se olvida de que el potencial y la resistencia de Francia y sus aliados es mucho mayor que el del Estado Islámico”, asegura Schmid. Aún así, la realidad dista de presentar al mundo occidental unificado, por lo que, el Estado Islámico lucha contra países aislados.

En este sentido Bakker asegura que “la comunidad internacional puede ayudar compartiendo información y buenas prácticas, al mismo tiempo que suprimiendo la ayuda a los grupos radicales, como sucede ahora en Siria e Irak” y augura que "el ataque de Niza no será el único de este año".