ATENTADO MÚLTIPLE EN PARÍS

Bataclan, un símbolo de la emigración española en los 60

El escritor Jesús Ferrero revela que los fines de semana los jóvenes españoles acudían a la sala para encontrar pareja en París

Agentes de la policía llevan a cabo la investigación en la zona acordonada de la sala Bataclan.

Agentes de la policía llevan a cabo la investigación en la zona acordonada de la sala Bataclan. / nb

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La sala Bataclan fue este viernes por la noche uno de los escenarios del cruento atentado terrorista que vivió Parísuno de los escenarios del cruento atentado terrorista que vivió París. En mitad de un concierto de la banda de rock estadounidense Eagles of Death MetalEagles of Death Metal, cuatro asaltantes irrumpieron en la sala armados con kalashnikovs y empezaron a disparar, tres de ellos se inmolaron y uno fue abatido. Los terroristas asesinaron a múltiples personas y dejaron decenas de heridos.

El escritor español Jesús Ferrero ha relatado en su blog literario en español, Boomeran(g), un post titulado 'Lo que nadie dice del Bataclan'. En él explica que esta sala atacada por los terroristas se convirtió en un símbolo de la emigración española en los años 60 del siglo pasado.

Cada sábado y domingo, hacia las siete de la tarde, se convertía en el lugar dónde se concentraban los jóvenes emigrantes españoles con la intención de encontrar pareja en París, revela Ferrero, que recién llegado a la ciudad de la luz exploró -"de forma involuntaria"- el mundo de la emigración española.  

HISTORIA DE LA SALA 

Según relata Ferrero, Bataclan dejó de ser un cine en 1969 y reabrió sus puertas de nuevo como sala de espectáculos en 1971, esta vez con una clara predilección por el rock y en una zona privilegiada para que los espectadores desembocaran en bares y terrazas después de los conciertos de cantantes como Jeff Buckley o grupos como Oasis.

Desde Lou Reed, John Cale, Alain Bashung, Téléphone, Prince a Buffalo Bill, en su reciente historia rockera, o Mercadier, Fragson, Aristide Bruant, Paul Delmet y Fursy muchas décadas antes, en un enclave en el que se han vendido entradas para ballets, operetas, espectáculos de variedades o representaciones cómicas durante más de un siglo.

¿Qué queda hoy de aquella sala? El recuerdo.  "Ahora, cuando lo veo encharcado de sangre, recuerdo aquellas fiestas dominicales de las que salieron tantos noviazgos de la España emigrante, cálida y bailonguera", concluye Ferrero su post. Un homenaje a la sala y las víctimas que el viernes perdieron su vida allí.