La campaña del lenguaje corporal

Los candidatos exhiben su conservadurismo o reformismo en los gestos o en la forma en que visten en los cartes electorales

Un iraní contempla un cartel con candidatos a los comicios del viernes.

Un iraní contempla un cartel con candidatos a los comicios del viernes.

ANTONIO BAQUERO

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Del cartel electoral de Saida Fatima Hussein, una candidata reformista al Parlamento de Irán, no es su mirada serena lo que más llama la atención a los paseantes iranís. Si no el hecho de que, al colocarse la mano bajo la barbilla en gesto pensativo, muestre la manga de su camisa y que esta sea de vivos colores. Ese colorido, en un país donde la consigna vestimentaria es lucir velo y prendas oscuras que no llamen la atención, hace que muchos interpreten esa manga como el signo de que es una mujer abierta y reformista.

En cambio, las candidatas conservadoras que se presentan al Parlamento aparecen en los carteles con una vestimenta mucho más rigorista, que cubre incluso parte de su rostro.

En una campaña electoral que dura apenas seis días y donde casi no hay actos electorales multitudinarios, los carteles electorales son fundamentales para los 6.229 candidatos -600 de ellos, mujeres-, que se presentan. Nunca se habían presentado tantos aspirantes en unos comicios legislativos.

"ESPERANZA, TRANQUILIDAD Y PROGRESO"

Los candidados acompañan sus fotos con promesas contundentes. Más que lemas, son una sucesión de términos. Una lista de promesas. Así, la candidata Hussein acompaña su imagen con las palabras “Esperanza, tranquilidad y progreso económico”. Por su parte, el candidato Iskandar Yaknasab promete “seguridad y progreso”.

Los hombres aparecen casi todos con americana, sin corbata, el cuello de la camisa abierto. Algunos muestran miradas cercanas. Otros, severas. Muy distintos son los carteles a la Asamblea de Expertos, pues aquí todos los candidatos son clérigos chiís. Así pues, en sus carteles aparecen todos con turbantes y barbas. 

Para los estándares occidentales, la campaña electoral es atípica. Sin actos de partido ni grandes mítines, se desarrolla sobre todo en pequeños encuentros que, en muchas ocasiones, se acaban cancelando para desesperación de los periodistas.

LLAMAMIENTOS AS A VOTAR EN TELEVISIÓN

Las televisiones llaman a la votación con anuncios donde iranís de a pie de todas las regiones del país muestran, con una canción patriótica de fondo, el dedo índice en alto, símbolo de la participación pues para votar hay que dejar la marca de la huella dactilar. En la programación se incluyen espacios sobre cómo ejercer el derecho al voto para elegir a 285 diputados de los 290 que tiene el Parlamento. Los cinco restantes están reservados a las minorías: zoroastrianos, judíos, armenios y cristianos caldeos y asirios.

Los candidatos reformistas y conservadores, así como sus partidarios, se lanzan ataques sobre todo a través de sus medios afines. Así, en los diarios reformistas se contestaba a las acusaciones lanzadas por los conservadores, que les culpan de los problemas económicos del país.

Un analista próximo a los reformistas, Majid Ansari, sostiene que los conservadores “estuvieron al mando en los dos gobiernos anteriores. Ahora, deben una explicación a los iranís de lo que hicieron con los 700.000 millones de dólares que, entre el 2005 y el 2013, se obtuvieron por las ventas de un petróleo que en aquella época estaba a 120 dolares”.

No obstante, en esos intercambios nunca aparecen los nombres de Mehdi Karrubi y Mir Hussein Musavi, los políticos que llevan siete años en arresto domiciliario tras encabezar las protestas tras las presidenciales de 2009 que renovaron el mandato al conservador Mahmud Ahmadineyad y que la oposición calificó de "fraudulentas". Incluso el principal candidato reformista, Mohamed Reza Aref, sostuvo que aquellas protestas fueron instigadas desde el extranjero.