Tensión en Oriente Próximo

El asesinato de un adolescente palestino inflama Jerusalén

Unos jóvenes palestinos prenden fuego a unos neumáticos y se enfrentan a la policía, ayer, en el barrio de Shuafat, al este de Jerusalén.

Unos jóvenes palestinos prenden fuego a unos neumáticos y se enfrentan a la policía, ayer, en el barrio de Shuafat, al este de Jerusalén.

ANA ALBA
JERUSALÉN

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Indignación y rabia se respiraban ayer en el barrio de Shuafat, en el este de Jerusalén, parte palestina de la ciudad, ocupada por Israel. El asesinato de uno de sus vecinos, Muhamad Husein Abu Khdeir, de 16 años, consternó a todos los palestinos. La policía baraja como primera hipótesis que sea una venganza de judíos extremistas por el rapto y asesinato de tres adolescentes israelíes en Cisjordania.

El hallazgo del cadáver carbonizado del chico desató unos disturbios frente a su casa que se prolongaron toda la jornada y en los que resultaron heridas al menos 50 personas por balas de goma, gases lacrimógenos y piedras.

Los incidentes se iniciaron sobre las 8 de la mañana, cuando saltó la noticia del hallazgo del cadáver en el bosque de Givat Shaul, en Jerusalén. Poco después de las 4 de la mañana alguien avisó a la policía de que se habían llevado por la fuerza a un joven en Shuafat en un coche. Luego, el padre de Muhammad alertó a los agentes de que su hijo había desaparecido. A las 5.45, la policía encontró el cuerpo del adolescente, pero alega no poder determinar aún si el crimen fue un acto de venganza, un ajuste de cuentas o un crimen de honor.

SITUACIÓN DETERIORADA / «Estas versiones son mentira, lo han matado colonos. Caminaba hacia la mezquita para el primer rezo. Un coche se ha detenido junto a él y lo han secuestrado. Está todo grabado por una cámara de vigilancia de la zona», explicó a este diario Bahaa Nababta, del campo de refugiados de Shuafat y que conoce a la familia de la víctima, una de las más extensas del barrio.

«Hace dos días, casi en el mismo lugar, un coche de colonos se paró e intentaron coger a un chico, pero se escapó», aseguró Nababta. «La situación está muy deteriorada y va a empeorar. Creo que esto puede ser el principio de una tercera Intifada, en pleno Ramadán», indicó.

El primer ministro israelí, Binyamin Netanyahu, pidió ayer que la investigación de este crimen «reprensible» sea «rápida» y llamó a los ciudadanos a «no tomarse la justicia por su mano».

El presidente palestino, Mahmud Abbás, declaró que «Israel es totalmente responsable del asesinato» e instó a Netanyahu a condenar la muerte del chico como él hizo con los tres estudiantes israelís.

El barrio de Shuafat colinda con los asentamientos judíos de Pisgat Ze'ev, Ramat Shlomo y French Hill. Ayer todos los comercios estaban cerrados, y lo habían tomado las fuerzas de seguridad israelís, que establecieron controles de acceso en los que preguntaban: «¿Es usted judío?» para permitir o denegar el acceso.

«Me siento muy triste, tanto por el asesinato de este niño palestino como por el de los tres israelís. Se puede luchar, pero a los niños no se les toca. Soy madre y no me puedo imaginar como se sienten las madres de estos chicos», dijo Aisha, profesora de un colegio de Shuafat.

Extremistas israelís seguían pidiendo ayer venganza. La noche del martes, en el centro de Jerusalén, hubo cinco agresiones o intentos de ataque a palestinos. En otros puntos de Israel y en Cisjordania se produjeron actos de vandalismo contra propiedades palestinas.