Una multinacional francesa no descarta la falsificación de informes sobre piezas para centrales nucleares

Una auditoría en Areva detecta anomalías en la construcción de los equipamientos de la factoría de Creusot Forge, propiedad de la multinacional francesa

French Economy Minister Emmanuel Macron attends a visit at the Areva Creusot Forge site in Le Creusot

French Economy Minister Emmanuel Macron attends a visit at the Areva Creusot Forge site in Le Creusot / RP/SAA/

EVA CANTÓN / PARÍS

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El sector nuclear francés se enfrenta a nuevas turbulencias. Tras el fiasco de la compra de la canadiense Uramin en el 2007, los costes de construcción del reactor de Flamanville y las denuncias de residuos radiactivos en la fábrica de tratamiento de la Hague, en Normandía, la serie negra continúa en la multinacional del sector nuclear Areva.

El diario económico ‘Les Echos’ revela este martes que, tras detectarse deficiencias en los componentes nucleares, se sospecha que podrían haberse falsificado los informes sobre la fabricación de piezas destinadas a las centrales. Una posibilidad que la dirección del grupo no excluye.

En el curso de la auditoría iniciada a finales del 2015 en la factoría Creusot Forge después de los defectos encontrados en el tanque construido para la central de Flamanville, en el noreste de Francia, se han descubierto “incoherencias en los informes de fabricación”.  

Según el diario, se habrían modificado las actas de las pruebas realizadas a las piezas metálicas para evaluar el resultado de los análisis químicos, los parámetros de la forja, el tratamiento térmico y el resultado de las pruebas mecánicas.

En el caso de que los valores arrojados por los test fueran altos, en los informes finales se reflejaron valores intermedios que respondieran a las exigencias de la normativa. Al parecer, estos problemas se remontarían al 2006, fecha en la que Areva compró la empresa de fundición.

Areva no descarta pues que este engaño esté en el origen de las anomalías observadas en el seguimiento de la construcción de sus equipamientos.  “No lo puedo excluir”, ha reconocido a ‘Les Echos’ el director general de la compañía, Philippe Knoche. “Hay actas contradictorias. O existen pruebas complementarias que no se conocen o, si no, habrá que sacar consecuencias”, ha señalado.

De los 10.000 informes sobre producción de componentes auditados en 50 años, se han detectado “incoherencias” en 400. Se trata de todos los materiales construidos en la factoría Creusot Forge, entre ellos abrazaderas para generadores de vapor, elementos de los depósitos o rotores de turbinas.

IMPACTO EN LA SEGURIDAD

La mitad de las irregularidades se habrían producido en piezas nucleares, según el diario francés. La Autoridad de Seguridad Nuclear ha dado un plazo de quince días a Areva para evaluar su impacto en la seguridad.

El asunto podría  costarle caro al sector nuclear francés, que presume de contar con gran experiencia y altos niveles calidad, si los clientes de Areva empiezan a pedir cuentas al constructor.

Además, los resultados de la auditoría podrían complicar seriamente la restructuración de su filial de reactores (Areva NP) que pasará a manos de Électricité de France (EDF) y a quien podría suponer una fuerte hipoteca si el valor de Areva se hunde. EDF tampoco pasa por su mejor momento. La semana pasada el Estado, que posee el 85% de las acciones, inyectó 3.000 millones de euros para intentar reflotar la eléctrica.

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