"Aquí me siento libre"

CHIARA BURATTI

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"Aquí me siento verdaderamente libre y puedo practicar mi religión de una forma que en Viena no podía. Puedo comer también Nutella, cornflakes y kétchup. Aunque se coman muchas cosas halal (la comida que se ajusta a las normas dietéticas del islam), esta cocina se parece mucho a la austriaca", afirma Sabina Selimovic, una chica austríaca de 15 años que se escapó de su familia para unirse a la yihad en Siria.

Después de seis meses fuera de casa, Selimovic y su amiga Samra Kesinovic, de 17 años, ambas de padres de origen bosnio pero nacidas en Austria, aseguran estar muy bien en sus casas con sus maridos, miembros del Estado Islámico (EI). Pero existen el convencimiento de que estos testimonios no se corresponden a la verdad.

Versiones contradictorias

Lo que ahora afirman las jóvenes es todo lo contrario a lo que hace algunas semanas comunicaron a sus familias, cuando les dijeron que las dos querían volver a Viena. Las jóvenes solo pueden hablar con sus padres y con los medios de comunicación bajo la supervisión de sus sus maridos, a los que tienen que enseñar antes lo que quieren decir.

La familia cree que las dos chicas, que despidieron de sus padres en abril con una carta, se acercaron a la yihad a través de algunas personas que conocieron en una mezquita austriaca cercana a sus domicilios. Sabina, como asegura el diario británico Daily Mail, ha manifestado que está muy bien en Siria con su marido yihadista y que está dispuesta a morir en el nombre de Alá.

La joven explicó cómo se había producido su llegada a Raqqa, feudo del EI en Siria. Una vez en Turquía, las dos austriacas se dirigieron a Siria andando, llevando solo la ropa que vestían y nada más. Ahora, si intentasen volver a sus casas, serían perseguidas por el EI.