Tensión en el Este de Europa

La UE apura la vía diplomática para resolver la crisis ucraniana

La OTAN refuerza a sus miembros del Este y descarta toda involucración

Activistas prorrusos montan barricadas delante de una puerta en el aeropuerto de Kramatorsk, ayer.

Activistas prorrusos montan barricadas delante de una puerta en el aeropuerto de Kramatorsk, ayer.

ELISEO OLIVERAS
BRUSELAS

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A pesar de las declaraciones encendidas de algunos políticos europeos, como el ministro británico de Asuntos Exteriores, William Hague, para endurecer las sanciones a Rusia, la Unión Europea (UE) mantuvo ayer al concluir el Consejo de Ministros de Asuntos Exteriores y Defensa su estrategia de apurar la vía diplomática y no adoptar ninguna medida que pueda poner en peligro la cumbre diplomática prevista mañana en Ginebra. La UE quiere que esa reunión conjunta con EEUU, Rusia y Ucrania sirva para rebajar la tensión y resolver el conflicto entre las nuevas autoridades de Kiev y las poblaciones rusófonas del este del país.

Ni siquiera los países europeos más partidarios de la mano dura contra Moscú, como Gran Bretaña, Francia, Polonia o los países bálticos, están de acuerdo con las sanciones económicas que habría que adoptar y cada uno defiende que se empiece con las medidas que afectarían a otro país.

De este modo, Gran Bretaña no quiere tocar los flujos de fondos rusos que pasan por la city londinense y pide sanciones energéticas y vetos a la venta de armas. Francia, que tiene un importante pedido naval-militar ruso, propone empezar por los flujos financieros. Y los países bálticos, que dependen energéticamente de Rusia, reclaman que las sanciones no toquen el gas.

El secretario general de la OTAN,  Anders Fogh Rasmussen, volvió a afirmar que «la mano de Rusia» está detrás de las revueltas prorrusas de las regiones ucranianas del este, pero descartó cualquier involucración de la Alianza Atlántica en Ucrania. La OTAN, explicó Rasmussen, está reforzando sus defensas y la protección «por tierra, mar y aire» de los países aliados orientales, que están preocupados por su seguridad ante el agravamiento de la crisis de Ucrania, aunque no quiso detallar en que consiste este reforzamiento de la protección, más allá del incremento de las patrullas aéreas en la zona de los países bálticos.