INICIATIVA PRODERECHOS HUMANOS

Amnistía Internacional promueve un software para saber si un gobierno espía tu PC

Detekt es un programa gratuito que rastrea intrusiones gubernamentales en las computadoras

Montaje con códigos informáticos en una pantalla de ordenador.

Montaje con códigos informáticos en una pantalla de ordenador.

Por qué confiar en El PeriódicoPor qué confiar en El Periódico Por qué confiar en El Periódico

Cuatro oenegés de defensa de los derechos humanos en colaboración con expertos en tecnología informática han desarrollado y puesto a disposición de los ciudadanos un programa para detectar la presencia de mecanismos de espionaje gubernamental en sus ordenadores. El software Detekt, que puede descargarse desde este juevesDetekt, , permite saber si se está alguien está vulnerando la privacidad de un PC. Este software, que ha sido desarrollado por el investigador de seguridad Claudio Guarnieri en Alemania, efectúa un escaneo de todos los datos del ordenador para encontrar posibles intrusiones de cualquier gobierno.

Detrás de esta iniciativa se encuentran grandes promotores de los derechos humanos: Amnistía InternacionalPrivacy International (una oenegé británica), Digitale Gesellschaft (un grupo alemán a favor de los derechos civiles) y Electronic Frontier Foundation (organización americana defensora de los derechos digitales).

ACTIVISMO ONLINE

El activismo político online es una fórmula de disidencia en auge en el contexto actual de globalización de las telecomunicaciones, pero muchos estados poco democráticos intentan poner barreras a la difusión de sus actividades ilegítimas o ilegales, monitorizando la actividad de los internautas.

Marek Marczynski, director de asuntos militares, de seguridad y policiales de Amnistía Internacional, ha denunciado las serias vulneraciones de la intimidad que gobiernos en el mundo entero están llevando a cabo. El uso de tecnología cada vez más peligrosa y sofisticada permite a muchas administraciones tener acceso a los e-mails, contraseñas y demás información privada de los ciudadanos, especialmente de los activistas proderechos humanos. Esta tecnología permite incluso “conectar a distancia sus webcams o sus micrófonos para grabar su actividad en secreto”, según ha dicho Marczynski.

Pero la vigilancia electrónica no sólo se trata de una invasión de la privacidad, sino de un medio gubernamental para coartar la libertad de expresión. Detekt tiene como objetivo proteger a personas comprometidas con los derechos humanos alrededor del mundo que puedan ver comprometidas sus actividades y hasta su seguridad si el gobierno descubre su labor.

Según Marczynski, Detekt representa “un contraataque a los gobiernos que utilizan la información obtenida para detener arbitrariamente, arrestar ilegalmente e incluso torturar a defensores de los derechos humanos y periodistas.” El programa está por ahora disponible sólo para Windows y tiene aún cierto margen de error, pero se está trabajando para su mejora y expansión.

RED DE COMERCIO GLOBAL

La inversión gubernamental en esta clase de espionaje está en auge. En el marco de la demanda de software de monitoreo, el comercio internacional de tecnología de vigilancia electrónica ha aumentado enormemente en los últimos años. El sector privado provee a gobiernos que no respetan los derechos humanos con las herramientas necesarias para espiar a los activistas en sus actividades telefónicas o cibernéticas.

Así lo muestra un estudio de 2013 The GuardianThe Guardian, así como la extensa base de datos de la oenegé CAUSE, una coalición internacional contra la exportación de medios ilegales de vigilancia. Esta organización estima que el comercio global de tecnologías de vigilancia ilícita genera anualmente más de 3,5 billones de euros.

Amnistía Internacional ha dicho que promoverá el programa Detekt a nivel mundial, pero ha recordado que lo más importante es que los gobiernos se den cuenta de que los peligros del comercio de tecnologías de epionaje es asimilable a los del comercio de armas. La organización pide que se establezcan rígidos controles en la exportación de estos servicios, ya que suponen una clara amenaza a los derechos humanos.