Amnistía Internacional denuncia el ahorcamiento de miles de personas en una prisión siria

Entre 5.000 y 13.000 civiles considerados opositores han sido asesinados en Saydnaya entre el 2011 y el 2015

Omar Alshogre, de 21 años, sobrevivió a la cárcel de Saydnaya. A la izquierda, el mes pasado en Estocolmo, donde vive, y a la derecha, en julio del 2015 en Turquía, un mes después de escapar de Siria.

Omar Alshogre, de 21 años, sobrevivió a la cárcel de Saydnaya. A la izquierda, el mes pasado en Estocolmo, donde vive, y a la derecha, en julio del 2015 en Turquía, un mes después de escapar de Siria. / BH

JAVIER TRIANA / ESTAMBUL

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“En la prisión militar de Saydnaya, el Estado sirio masacra en silencio a su propio pueblo. Las víctimas son en su mayoría civiles considerados opositores al Gobierno”. Es el demoledor inicio del último informe, publicado este martes, de la oenegé defensora de los derechos humanos Amnistía Internacional (AI). “Desde el 2011 –sigue el texto– miles de personas han sido ejecutadas de manera extrajudicial en ahorcamientos masivos, llevados a cabo de noche y en el máximo secreto”.

En las 48 páginas del documento, titulado 'Matadero Humano: ahorcamientos masivos y exterminio en la prisión siria de Saydnaya'AI señala al régimen de Bashar al Asad como responsable de prácticas que equivalen a crímenes contra la humanidad. El texto se basa en 84 entrevistas efectuadas entre diciembre del 2015 y diciembre del 2016 con antiguos guardias, familiares de reclusos de Saydnaya, exprisioneros, jueces, expertos en detención y médicos cercanos al proceso. 

A la ejecución la precedía un juicio por un tribunal militar que duraba entre uno y tres minutos, sin que el acusado tuviera acceso a un abogado. Según un antiguo miembro del tribunal entrevistado, "el juez preguntaba el nombre del detenido y si había cometido el delito (del que se le acusaba). Dijera 'sí' o 'no', era condenado".

“El día que las autoridades carcelarias llevan a cabo los ahorcamientos, al que se refieren como 'la fiesta' –explica el texto de AI–, recogen a las víctimas de sus celdas por la tarde. Les dicen a los detenidos que serán trasladados a una cárcel civil. En vez de eso, les llevan a una celda en el sótano del edificio rojo, donde les dan fuertes palizas de dos o tres horas. En mitad de la noche, les tapan los ojos y los trasladan en camiones o minibuses al edificio blanco. Allí, les llevan a un sótano y los ahorcan. Esto sucede una o dos veces por semana, y en cada ocasión cuelgan a entre 20 y 50 personas”, describe el texto, que detalla que “después de junio del 2012, se amplió el tamaño de la sala de ejecuciones para que pudiera ejecutarse a más gente al mismo tiempo”.

EN FOSAS COMUNES

Sus cuerpos son luego sepultados en fosas comunes en terreno militar, sobre todo en los alrededores del pueblo de Najha. Las investigaciones de AI le hacen concluir que entre 5.000 y 13.000 personas fueron ejecutadas en Saydnaya entre septiembre del 2011 y diciembre del 2015, pero la oenegé alerta de que estas prácticas se han levado a cabo en el país árabe por lo menos desde la época de Hafez al Asad, padre de Bashar, a quien responsabiliza de la desaparición forzosa de 17.000 personas entre 1980 y el 2000.

Los testimonios recogidos por Amnistía Internacional hablan de guardias de seguridad de la prisión obligando a algunos reclusos a violar a otros o de palizas tan intensas y prolongadas que hacían que los prisioneros desearan la muerte. Su situación de aislamiento, sin comida, bebida ni atención médica y siendo torturados de manera habitual, ha servido para aumentar el número de muertos en una cárcel que se estima que podría albergar hasta 20.000 internos.

“Saydnaya es el final de la vida. El final de la humanidad”, asegura en referencia al centro penitenciario, ubicado una veintena de kilómetros al norte de Damasco, un antiguo guardia de la prisión citado en el informe por AI como Abu Muhammed.

La organización, que en el 2016 denunció las atrocidades cometidas por grupos yihadistas en Alepo e Idlib, exige una investigación independiente sobre lo acaecido en Saydnaya.