DOCUMENTAL DE LA BBC

Altos mandos británicos dicen que la estrategia en Afganistán estuvo llena de errores

Los militares aseguran que la escasez de medios puso en peligro a sus tropas

BEGOÑA ARCE / LONDRES

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“Nos equivocamos en los cálculos”. Los altos jefes militares británicos que participaron en la campaña bélica en Afganistán reconocen ahora haber cometido errores graves. “Nuestras tropas estaban mal preparadas y no contaban con los recursos suficientes”, afirma el brigadier, Ed Butler, en un documental que la BBC emitirá el próximo fin de semana.

Butler estuvo al frente de los destacamentos británicos en la región de Helmand en el año 2006. “Lo más importante --ha añadido-- es que no teníamos un estrategia clara para cumplir la tarea con éxito”. La preparación de los soldados fue, según explica, inadecuada; los medios de que disponían, escasos y todo eso puso en grave peligro a las tropas.

El Reino Unido envió 3.300 hombres y mujeres a Afganistán como parte de las fuerzas de la coalición de la OTAN. En total 453 militares británicos perdieron allí la vida. En el documental, del que se han avanzado algunos extractos, el general Peter Wall, hasta el pasado mes jefe del Estado Mayor del Ejército, considera que el error más grave fue pensar que el Reino Unido tenía capacidad para asumir a la vez dos conflictos armados, Irak y Afganistán. “Pusimos en marcha un plan, pensando que para los objetivos limitados que teníamos, poseíamos una fuerza razonable. Ahora admito abiertamente que esos cálculos estaban equivocados”. En ocasiones las tropas llegaron a padecer escasez de agua, de comida o de munición.

Los mandos militares habían asumido cuando comenzaron a desplegar las tropas en Afganistán, que la operación en Irak estaba a punto de concluir. En el 2005 sin embargo, la situación en el país se deterioró y el Ejército hubo de afrontar dos misiones a la vez, sin los medios necesarios. “Es lo que llamamos la tormenta perfecta. Sabíamos que íbamos hacia dos operaciones de proporciones considerables y solo teníamos la organización y los efectivos para una”, confiesa el general Richard Dannatt, que fuera Jefe del Estado Mayor de la Defensa, entre el 2006 y el 2009. “Quizás deberíamos haber revisado si el Reino Unido podía llevar a cabo una gran misión en el sur de Afganistán. Quizás deberíamos haberlo hecho, pero no lo hicimos”. Las tropas británicas corrieron auténtico peligro por las carencias sobre el terreno. “Hubo un peligro real de que no pudiéramos socorrer a nuestra gente y de que alguna de nuestras unidades quedara aislada y fuera masacrada”. 

Otro general, David Julian Richards, que estuvo al frente de las 35.000 tropas de 37 naciones de la OTAN del 2006 al 2007, asegura que existía un “rechazo institucional” a admitir la posibilidad de que el conflicto pudiera agravarse. “En el Ejército decimos, espera lo mejor y prepararte para lo peor. Pero en realidad estábamos esperando lo mejor y preparándonos para lo mejor. No teníamos los recursos que necesitábamos. Yo no tenía una reserva, ni siquiera un avión en el que volar sobre mi propio pedazo de cielo. Quiero decir que no estábamos en el mundo real”. 

A pesar de todas las deficiencias, Wall considera que la misión en Afganistán mereció la pena. Se ha traducido –señala- en “un cambio social muy significativo” y de no haber participado, “Helmand podría parecerse hoy a las fronteras de Siria e Irak”, la zona actualmente bajo control del terror yihadista del Estado Islámico.