GUERRA EN SIRIA

"En Alepo la gente vive al límite"

Responsables de la ONU y de la Cruz Roja Internacional advierten que la situación es catastrófica en Alepo y que millones de vidas corren peligro

Un hombre traslada a una niña herida tras un bombardeo en Alepo.

Un hombre traslada a una niña herida tras un bombardeo en Alepo.

Por qué confiar en El PeriódicoPor qué confiar en El Periódico Por qué confiar en El Periódico

"La gente vive al límite. Todo el mundo teme por sus vidas y nadie sabe qué va a venir después". Así de contundente se ha expresado el resposable en Siria de la Cruz Roja Internacional, Valter Gros, que ha presentado un panorama desolador de la ciudad de Alepo, escenario estos día de combates y bombardeos discriminados. "Dondequiera que estés se pueden oír explosiones de proyectiles de mortero, bombardeos y el vuelo de aviones", ha añadido.

Docenas de personas han muerto estos últimos días -algunas fuentes hablan de 200 en una semana en toda la provincia- debido a la escalada de violencia y enfrentamientos entres las fuerzas del régimen de Damasco y los rebeldes, lo que dificulta la llegada de suministros y ayuda humanitaria a la ciudad.

Los vecinos de Alepo, la segunda ciudad de Siria y una de las más castigadas por los cinco años de guerra, pasan meses enteros sin luz y sin agua. "Estamos a las puertas de un desastre humano", ha advertido Gros. 

SITUACIÓN CATASTRÓFICA

Las impresiones de Gros coinciden con las que ha expresado también este jueves Jan Egeland, máximo responsable del grupo de trabajo de las Naciones Unidas para la asistencia humanitaria a Siria. Egeland ha calificado la situación en Alepo, y de otras ciudades como Homs, de "catastrófica", después de mantener una reunión en Ginebra con representantes de los 17 países que forman parte del Grupo Internacional de Apoyo a Siria (GISS)

"No puedo expresar con suficiente contundencia todo lo que está en juego en las próximas horas y en los próximos días", ha dicho Egeland. "La vida de millones de personas está en peligro", ha advertido. El funcionario de la ONU ha recordado que el aumento de la violencia dificulta los movimientos de los convoyes de ayuda internacional.

"La catástrofe dentro de la catástrofe es la situación del sector sanitario", ha añadido Egeland que ha recordado el ataque contra un hospital de Alepo. Según ha señalado, "todavía se bloquea la posibilidad de distribuir material sanitario básico, no los famosos kits quirúrgicos y de trauma, sino también material elemental como anestésicos, tijeras para comadronas o vitaminas".

Antes del deterior de la situación de estos últimos días, Egeland había constatado progresos desde que se declaró el 27 de febrero el frágil alto el fuego, roto casi desde el principio. Los convoyes de ayuda han conseguido llegar al 52% de las zonas asediadas tanto por el Ejército de Damasco como por los rebeldes, lo que ha permitido dar asistencia de 250.000 personas. Durante los cuatro primeros meses de este año, la ONU ha distribuido asistencia a 473.000 personas que residen en zonas definidas como de "difícil acceso".

SIN SUMINISTROS

En el 2015 solo se consiguió llegar al 3% de las zonas. "Todo se puede perder si continúa los enfrentamientos, los bombardeos sobre civiles, sobre hospitales, todo lo logrado se puede perder", ha señalado el representate de la ONU. 

Además hay todavía 35 localidades, pobladas por 905.000 civiles, que no han recobodp todavía suministros, como Duma, Est-Harasta, Dara, Arbin, Zamalka y Zabdin. 

Egeland ha expresado su esperanza de que en los próximos días se reunan a nivel ministerial los países miembros del GISS y que presionen a las partes para poner fin a los enfrentamientos y así crear el escenario necesario para revitalizar el proceso de diálogo, tal y como ha solicitado el enviado especial de la ONU para Siria, Staffan De Mistura.

"Si lo hicieron una vez pueden hacerlo de nuevo", ha sostenido Egeland, recordando que a finales de enero y principios de febrero el conflicto estaba en un punto álgido y los miembros del GISS lograron que se implementara un cese de las hostilidades, aunque después resultara ser muy frágil.