Alemania prepara una criba de los refugiados en la frontera

Una refugiada intenta abrigar a sus hijos mientras hace cola para ser atendida en Berlín.

Una refugiada intenta abrigar a sus hijos mientras hace cola para ser atendida en Berlín.

CARLES PLANAS BOU / BERLÍN

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La presión de los sectores más conservadores del Gobierno alemán ha podido con Angela Merkel. Ayer la CDU, el partido que lidera la cancillera, y la CSU, sus aliados democristianos del Estado federado de Baviera, acordaron la creación de «zonas de tránsito» en la frontera germánica donde se regulará y filtrará la entrada de refugiados al país. Este fin de semana, el Ejecutivo reconoció que más de un millón de personas habrán llegado a Alemania durante el 2015.

El acuerdo fue anunciado por el líder de la CSU y presidente de Baviera, Horst Seehofer, el principal crítico con las políticas migratorias de Merkel. La medida permitirá establecer puntos de control en la frontera con Austria, donde se estudiaran los casos. Eso afectará a los que no tengan papeles o lleven documentos falsos, a los que provengan de países considerados «seguros» o los que no presenten suficientes motivos para acceder al asilo.

«Hay que ayudar a los que huyen de la persecución, que lo han perdido todo y que no vienen por razones económicas», especificó Peter Altmaier, jefe del Gabinete de la cancillería alemana. Según aseguró Seehofer, la propuesta se concretará durante esta semana entre el Gobierno federal y el bávaro.

RECELO SOCIALDEMÓCRATA

La iniciativa aún necesita la aprobación de los socialdemócratas, que comparten Gobierno de coalición con la CDU y la CSU y que lo ven con recelo. «Detener a miles de personas en las fronteras, en tierra de nadie, causará más problemas que soluciones», replicó el ministro de Justicia, Heiko Mass.

La creación de unas zonas de tránsito se entiende como una concesión de Merkel a la presión de la CSU ante el incesante flujo de refugiados que está desbordando a la principal potencia europea y que ha herido de gravedad la imagen interna de la cancillera. La dura oposición de Seehofer le ha permitido mejorar sus índices de popularidad a costa del declive de la cancillera Angela Merkel.

Las últimas encuestas muestran que ahora tan solo el 50% de los alemanes están de acuerdo con las políticas del Gobierno mientras que un 45% dudan de su efectividad.

El líder de la CSU y presidente de Baviera, Horst Seehofer, ha acusado directamente a la líder alemana de permitir la «capitulación del Estado de derecho» y ayer incluso amenazó a Berlín con llevar el caso a los tribunales si no se ponía freno a la llegada de refugiados.

La aprobación de «zonas de tránsito» supondrá una pequeña victoria para Seehofer y para Baviera, el estado que se ha visto más afectado y desde donde se ha pedido reiteradamente controlar los 3.500 kilómetros que lo separan de la vecina Austria.