ESCÁNDALO DE ESPIONAJE

Alemania espió a Francia y a las instituciones europeas para EEUU

El ministro de Interior y responsable de los servicios secretos alemanes, Thomas de Maiziere, junto a Angela Merkel, recientemente.

El ministro de Interior y responsable de los servicios secretos alemanes, Thomas de Maiziere, junto a Angela Merkel, recientemente.

SILVIA MARTÍNEZ / BRUSELAS

Por qué confiar en El PeriódicoPor qué confiar en El Periódico Por qué confiar en El Periódico

«No se espía a los amigos», llegó a decir la cancillera alemana Angela Merkel tras conocerse que los servicios secretos de Estados Unidos habían pinchado y espiado sus conversaciones telefónicas. Unas palabras de las que podría llegar a arrepentirse muy pronto si se confirma un nuevo escándalo de espionaje que ha salpicado de lleno a su más fiel colaborador en el Gobierno. Según varios medios de comunicación germanos, los servicios secretos de Alemania espiaron a altos funcionarios del Elíseo, la sede de la presidencia de la República francesa, del Ministerio de Exteriores francés y de la Comisión Europea y pasaron esa información a la Agencia de Seguridad Nacional (NSA) de Estados Unidos.

Las revelaciones comenzaron hace una semana con la publicación en 'Der Spiegel' y en el 'Bild' de varias informaciones en las que daban cuenta de una operación de espionaje a políticos y empresas en Alemania. Según ambos medios, los servicios de inteligencia alemanes (BND) habrían remitido «cientos de miles de datos de empresas y organizaciones», como EADS (hoy Airbus) o Eurocopter (Airbus Helicopters), a Washington.

QUERELLA DE AIRBUS

El gigante de la aviación europea Airbus anunció este jueves haber pedido información a Berlín y la presentación de una denuncia penal. «Estamos al tanto de que las multinacionales en sectores como el nuestro son objeto de espionaje pero en este caso estamos alarmados porque hay una sospecha concreta», señalan en una declaración recogida por AFP.

El goteo de información no ha cesado desde hace una semana y este jueves cobró nuevos bríos con la publicación en el 'Sueddeutsche Zeitung' y en varios canales de televisión de que el espionaje no solo tuvo un objetivo industrial, sino también político. Según estos medios, el BND espió a alto cargos de Francia y a responsables del Ejecutivo comunitario. «El objetivo era el espionaje político de nuestros vecinos europeos y las instituciones de la UE», señala una fuente al rotativo alemán.

Según cuentan, para interceptar correos electrónicos y pinchar teléfonos de sus aliados galos y comunitarios los servicios secretos alemanes utilizaron la base de Bad Aibling, en Bavaria. Un centro de operaciones utilizado durante años por Washington y que en el 2004 fue traspasado a Alemania en el marco de un pacto cerrado entre ambos países dos años antes.

La prensa germana también revela que los datos se enviaban semanalmente a los norteamericanos y que la cancillería estaba al tanto de la situación desde el 2008, año en que el BND remitió por primera vez un informe al entonces jefe de Gabinete de Merkel, el actual ministro de Interior Thomas de Maiziere. Este político democristiano era el responsable de los servicios secretos y fue y sigue siendo uno de sus más estrechos colaboradores. La ironía de este caso es que ha saltado a la luz pública a raíz de la comisión parlamentaria creada en el Bundestag para investigar las revelaciones de Edward Snowden y el pinchazo telefónico a Merkel.

Precisamente, durante una comparecencia en esta comisión el 14 de abril el ministro De Maiziere llegó a afirmar que no había información alguna de un «espionaje económico» de la NSA en Alemania. «Sigo las reglas», llegó a decir tras la publicación de algunas informaciones acusándole de mentir. «Las acusaciones son falsas y los documentos lo demostrarán», señalaba hace unos días. Aunque la oposición ha pedido su cabeza la cancillería de momento calla y varios son los analistas que apuntan a que Merkel no dejará caer a este fiel colaborador.

PRUDENCIA EN PARÍS

En París también prefieren mantener la prudencia. «Estamos en estrecho contacto con nuestros aliados alemanes que han dicho públicamente que buscarán una aclaración interna sobre los elementos publicados por la prensa», señaló la portavoz del Ministerio de Exteriores. Y lo mismo en Bruselas. El presidente de la Comisión Europea, Jean-Claude Juncker, optó por eludir la cuestión -«no se lo que ha pasado», dijo- pero echó un capote a Merkel recordando que es un reto mantener a los servicios secretos bajo control.

«Soy una especie de experto. Sé por experiencia personal que es muy difícil mantenerlos bajo control. Parece que este no es solo un fenómeno luxemburgués», dijo sin mencionar el escándalo de espionaje que le hizo convocar elecciones anticipadas en Luxemburgo hace dos años y que le llevó fuera de la jefatura de su país. Mucho más crítico fue el presidente de la Eurocámara, Martin Schulz. «De ser cierto sería un acto grave e inaceptable».