INFORME FINAL

La fiscalía alemana considera a Lubitz único responsable del siniestro del avión de Germanwings

La justicia señala el "episodio psicótico depresivo" del copiloto y exime de responsabilidades a la compañía aérea

Andreas Lubitz.

Andreas Lubitz. / periodico

CARLES PLANAS BOU / BERLÍN

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El copiloto Andreas Lubitz fue el único responsable del siniestro aéreo del 24 de marzo de 2015 del avión de Germanwings, cuando estrelló deliberadamente el aparato contra los Alpes franceses, causando la muerte de los 150 pasajeros a bordo y que volaban entre Barcelona y Düsseldorf. Así lo ha dictaminado este lunes la Fiscalía alemana que llevaba la investigación de este trágico caso. “No hay razones para investigar penalmente a otras personas vivas”, ha remarcado el fiscal Christopher Kumpa.

Según la investigación el copiloto padecía un presunto “episodio psicótico depresivo” desde diciembre del año 2014 pero lo ocultó a Germanwings, del grupo Lufthansa, para poder seguir pilotando. ¿Fue entonces solo culpa de Lubitz o hubo alguna negligencia externa que precipitó el fatal desenlace? A pesar de que su trastorno es considerado un factor clave en el siniestro, no se han encontrado pruebas y se ha concluido que las otras partes involucradas en el caso quedan libres de culpa. Así se exonera a Germanwings, Lufthansa, a los médicos que atendieron a Lubitz y a la autoridad de la aviación alemana.

Los abogados de las familias de los fallecidos lamentaron que Lubitz no fuese observado más de cerca y se intentó involucrar en el juicio tanto a su padres como a la compañía donde tenía su seguro de vida, pero ambos fueron descartados debido a su falta de conocimiento sobre las intenciones suicidas del piloto. En verano del 2015 un grupo de familiares tachó de "insultante" la indemnización ofrecida por Lufthansa de 25.000 euros por fallecido.

SUS MÉDICOS NO INFORMARON DE LA DEPRESIÓN

En las últimas semanas la Fiscalía de Düsseldorf rechazó las pruebas presentadas por los abogados de las familias debido a que desde el otoño del 2009 a finales del 2014 no se tuvieron indicios de que Lubitz padecía una enfermedad mental. En 2008 el piloto confesó sus pensamientos suicidas a uno de sus doctores. Fue entonces cuando retomó su tratamiento y el entrenamiento, para el que se le consideró apto. En 2014 recayó pero ya había pasado las pruebas para ser piloto.

En marzo del 2016, el exhaustivo informe final de Francia sobre el caso instó a revisar los controles médicos sobre la salud mental de los pilotos de aviación tras darse a conocer que los profesionales que trataron a Lubitz le llegaron incluso a recomendar que ingresase en un psiquiátrico tan solo dos semanas antes de la catástrofe en la que murieron hasta 60 ciudadanos españoles. El caso encendió el debate sobre los límites del secreto médico.

El informe francés dictaminó que Lubitz, de 28 años y en tratamiento psicológico, premeditó el desastre. Así, media hora después del despegue del vuelo desde Barcelona rumbo a Düsseldorf, “se encontró solo en la cabina de pilotaje”, se negó a abrir la puerta y “ajustó de manera intencional las consignas del piloto automático para hacer descender el avión hasta su colisión”. Alemania da el caso legal por cerrado, Francia sigue investigando lo ocurrido.